Suele afirmarse casi como verdad revelada que la ciudadanía en un sistema democrático no vota a gobernantes por lo que han hecho sino por lo que esperan que hagan en adelante. En los últimos tiempos, la afirmación ha sido repetida por el derrotado gobierno nacional y también el de la provincia de Buenos Aires, que consideran haber hecho las cosas de bien a muy bien según sus voceros, pero que perdieron las elecciones porque la gente consideró que para adelante los mas capacitados para hacer las mejores cosas eran los que resultaron al final vencedores. Los gobernantes que pierden elecciones jamás aceptan que contrariamente esas derrotas generalmente responden a la consideración que tiene la ciudadanía de lo que hicieron y que naturalmente hicieron mal, a veces muy mal y a veces porque ni siquiera las hicieron.
¡Es extraño considerar que el voto se decide mas por lo que el votante imagina que por aquello que palpa!
La realidad suele ser la mejor verdad. O la única, según Perón.
En esta línea corresponde considerar que la ratificación obtenida en las urnas por el gobierno local de forma ajustada en las últimas elecciones fue en gran parte una muestra de conformidad por lo realizado en los últimos ocho años que la misma lleva en el ejecutivo comunal.
Pero resulta de estricta observancia reconocer que una mitad de esta comunidad no le dio el mismo respaldo a la gestión y mas allá de las cuestiones meranente ideológicas que también conforman el menú de un voto, vale repasar las cosas que no se hicieron tan bien, las que se hicieron directamente mal y las que quedaron en el libro gordo de las promesas incumplidas en ese lapso.
Casi como al principio de la última gestión Veramendi en 2007, algunos servicios básicos siguen siendo el gran talón de Aquiles de la misma. El barrido y la recolección de residuos y otros aspectos que hacen a la limpieza de la ciudad, luego de una temporada en la que pareció funcionar mas o menos bien ( a costos muy altos según algunas fuentes ) hace tiempo que ha retornado a la ineficiencia. Solo con alguna contratación tercerizada que se utiliza desde hace un tiempo ha paliado parcialmente la situación, pero de todos modos ésta sigue siendo muy poco eficiente. El anuncio (reiterado) del retorno de la barredora se dice que mejorará al menos el barrido.
El aspecto que muestran los espacios verdes tampoco son para el elogio. Ciertamente con los cambios de funcionarios en el gabinete el gobierno reconoció entre otros este problema, Ni el cuidado de la laguna, que le insume a la administración municipal con aportes, retenciones y otros ítems casi cien mil pesos mensuales, ni el corte de pastos en general en las calles periféricas ni el sector industrial planificado, donde hay responsabilidades compartidas, lucen del modo deseado.
Se afirma que tampoco la red vial está en el estado deseable y hay un reconocimiento del propio gobierno de no contar ni con la estructura vial correspondientes ni con el personal necesario para una tarea mas eficaz en estos aspectos.
Vale sumarse a lo dicho que el conflicto público desatado entre la intendencia y la Cooperativa de Electricidad ha mostrado muchos argumentos de ambas partes (hay que reconocerle a la cooperativa que las tarifas que debieron aplicar fueron cuando menos insuficientes durante años) pero el alumbrado público, en el que tanto esfuerzo ( y plata) pareció empeñar la comuna con algunas sectores renovados con sistema LED y otras modificaciones ha terminado por ofrecer una ciudad casi en penumbras y con algunos barrios donde el servicio es casi inexistente.
Por lo dicho resulta de alto interés aguardar el mensaje que el intendente brindará en algo mas de dos semanas al abrir el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante porque estas cuestiones seguramente no han de faltar en el mismo. Y es en ese ámbito donde el titular (o en este caso el interino) debe ofrecer las explicaciones y los planes para llevar adelante todos estos servicios.
Al menos en nuestro caso, estamos alertando por donde pasará nuestra mayor atención a la hora de analizar el mensaje de abril.
(Editorial publicada el sábado 12 de marzo en TIEMPO de Ranchos)