Cuando la presidente de la nación hace unos cuatro años dijo a viva voz en un mensaje « vamos por todo», nadie imaginó que la frase era literal. Sin eufemismos: por TODO.
Aquella expresión estuvo dirigida a los jóvenes de la «estructura militante rentada» que creó el kirchnerismo y que suele pre-tenderse como la recuperación de los mística y la política en la juventud argentina.
Desde el concepto claro de que el estado « no es un paso circunstancial» en la vida de un dirigente y por el contrario, en la seguridad de que lo han escriturado a su nombre y por lo tanto les pertenece, este gobierno nacional a 90 días de finalizar su mandato, parece no estar conforme con los miles y miles de empleados públicos que ha ubicado tanto en las áreas propias del gobierno, como ministerios, direcciones, secretarías etc.etc., como en empresas administradas ( muy mal por cierto ) por el estado, tal los casos de YPF, Aerolíneas Argentinas, otros Transportes etc.etc.- en general tratándose de personas sin la menor capacidad para desarrollar tareas en esos lugares a los que acceden solo por dos cuestiones: primero cobrar suculentos sueldos como compensación de su militancia y segundo, seguir operando a favor del gobierno, tanto aplaudiendo en cuanto acto realice la presidente, como preparándose para presionar al próximo gobierno hasta límites aún imposibles de suponer.
Ahora mismo acaba de conocerse que el gobierno procura convertir unos seis mil contratos temporarios en puestos permanentes de jóvenes de esa agrupación en el organismo que todos sostenemos con nuestros aportes y que están destinados a la atención de los jubilados.
No hace falta recordar que la jubilación mínima, que perciben alrededor del 70 % de los jubilados nacionales alcanza hoy ( con el último aumento ) apenas los cuatro mil pesos mensuales, lo que debería avergonzar a cualquier ser humano criterioso. Otros miles y miles esperan por la resolución de sus presentaciones judiciales que el gobierno no cumple ni aún con aquellos que tienen sentencia firme. Ni hablar del prometido 82 % móvil. El gobierno en cambio se ufana de haber hecho de los jubilados «la nueva cajita feliz» nacional.- Con serios problemas de atención en su salud, con limitaciones como las que habitualmente tiene la tercera edad para obtener anteojos, prótesis y en muchos casos, gran cantidad de medicamentos que no le cubren sus mutuales, el PAMI sigue convirtiéndose en otra de la caja que se encarga de dilapidar sus recursos para pagar a esta «gendarmería de la política» que entre otras nobles funciones tiene la de presionar a periodistas, escrachar opositores, armar personajes truchos en las redes sociales para denunciar todo aquello que no les gusta y otros menesteres por el estilo.
Jóvenes que basan sus convicciones en un contrato de varios miles, pasajes gratis, celulares y hasta autos con choferes, procuran que los tomemos como los revolucionarios del siglo XXI. En este sentido lo del PAMI debiera lastimar la dignidad humana. Estos seis mil grandes sueldos que pretenden dejarle de herencia al próximo gobierno se suman a otros nueve mil que ya aumentaron la planta del organismo en los últimos cuatro o cinco años- No encontrará el lector en esas incorporaciones – salvo alguna excepción – nuevos especialistas, médicos, asistentes.
No. Serán miles y miles de nombramientos que ni siquiera saben que tarea tienen asignada.
Le están robando la plata a nuestros viejos como si le robaran las monedas a un ciego. No pueden pretender disculpa.
Están llevando al límite insospechado el VAMOS POR TODO.
Se llaman La Cámpora. En el final del mandato de la Dra. Fernandez de Kirchner manejan todos los resortes del estado. Están en la justicia, en la economía ( lo que han hecho con ella!), en las empresas estatizadas, en la cancillería (con Timmerman como pantalla), escondidos en todas las listas de candidatos y manejando presupuestos que por supuesto aportamos el resto de los argentinos con pretendidos otros destinos.
VAN POR TODO.- Cumpliendo con la autorización (y la orden) de la propia presidente.
Tal vez, sus mentores hayan leído a la primera mujer que lideró al peronismo. Y la hayan interpretado a su modo claro.
Nadie olvida la sentencia que dejó Evita para la posteridad: volveré y seré millones.
Quien le dice que por ahí viene la cosa. Como Evita vive, no debiera sorprender que estos chicos sean los encargados de convertirla en millones. Millones de pesos, de dólares y sobre todo de Euros, la moneda que mas le gustaba al desaparecido ex presidente que les dio nacimiento y que no se cansaba de repetir que para hacer política hacía falta plata y que para combatir al capitalismo, hacía falta mucho capital.
Al fin, de lo que no se puede acusar a los «chicos» camporistas es de no haber aprendido la lección y menos de no llevarla adelante. Van por todo y aún no se observa quien les puede poner límites. Salvo que la gente exprese su cansancio en el único lugar donde pueden hacerlo una vez cada dos años.
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