Resulta dramático tratar de imaginar lo que será la tarea de una maestra dentro de 100 años intentando explicarle a sus alumnos la historia de estos tiempos.
La pobre no sabrá cómo ordenar con sentido didáctico la sucesión de acontecimientos que a nosotros, contemporáneos del sainete, nos cuesta comprender.
Allá ella, pobre, que tratará seguramente de ordenar un mensaje que deje de lado excentricidades y anécdotas y procure hilvanar un relato que ayude a los chicos de entonces a saber más o menos de donde vienen y traten de comprender para donde hay que ir.
La tarea nuestra, por la contemporaneidad de las cosas, puede resultar más sencilla aunque digamos que también se las trae.
Hoy por hoy es preferible esperar un poco hasta que aclare el panorama respecto de las fórmulas presidenciales, provinciales y municipales que tendremos ante nosotros a la hora de votar.
Lo que no se puede evitar, por la responsabilidad institucional que inviste, es señalar los comportamientos que adopta la Presidenta de la República lanzada como está en una campaña electoral que aparece teñida del drama de la retirada y la ausencia de herederos confiables.
Así las cosas, la Casa de Gobierno ha pasado a ser una especie de moderno almacén de ramos generales de esos que había, y en algunos casos aún existen, en los que se vende de todo y para todo.
Es claro que esos comercios no cuentan con la cadena nacional para que las ofertas le lleguen a todos en vivo y en directo.
La última promoción de mercaderías varias fue divertida.
Rodeada del séquito de aplaudidores, la Presidenta se dedicó a promocionar la venta subsidiada de heladeras, freezers y cocinas en Musimundo, Garbarino, Frávega y Rodó.
¿Serán muchos los pobladores de parajes salteños, riojanos, neuquinos o misioneros los que accederán a las ofertas?
“Aprovechen”, dijo, y si van los sábados o domingos tienen la ventaja de pagar el saldo en 12 cuotas.
Se olvidó del detalle que la mitad de los trabajadores registrados cobran menos de $ 5.500,00 y los no registrados menos aún.
La oferta se completó con el rubro garrafas.
Como el plan anterior fracasó ahora han inventado un programa de subsidio a la demanda en vez de a la oferta.
Para explicarlo le dio la palabra a su ministro mimado, Kisillof, que dijo que había que corregir porque en Tigre, (los pagos de Massa), usaban la garrafa para calefaccionar las piletas de natación.
Evidentemente este Kisillof no tiene idea de lo que es una garrafa.
Tampoco tiene idea de cuantos son los pobres que hay en la Argentina, como lo reconoció en un reportaje.
Si no tiene ese dato, es imposible que se pueda planificar un programa de asistencia serio.
Decir que alguien es pobre, es estigmatizante” agregó, en un ataque de alcahueterismo extremo.
Hay rumores de que LA Presidenta está pensando en poner a este Kisillof como vicepresidente de Scioli.
Sería como tropezar otra vez con la misma piedra.
Cuando puso un liberal, Boudou, así le fue.
Ahora quiere poner un marxista, y así le irá.
El asunto es que no tgropecemos nosotros.
No nos extrañemos si en los próximos días aparece otra oferta del almacén de ramos generales de Balcarce 50 anunciando ofertas de baratijas que no alcanzan ni para un parche en medio de la recesión, la inflación, la crisis energética, la huelga general y el fantasma de Nisman golpeando la puerta de entrada de los escritorios del Poder.
No se debe perder el respeto.
Tampoco la sana rebeldía.
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