Con un entusiasmo naturalmente justificado en toda la sociedad había llegado en 1983 nuevamente la democracia con la que “comeríamos, nos curaríamos y nos educaríamos” y con algunos tropiezos lógicos de la “herencia” recibida fue pasando el tiempo, pero no tardó tanto para que sectores militares se alzaran reclamando “algunas cuestiones” y estuvimos en vilo largas horas mientras el general Alais no llegaba con sus tanques haciendo que el propio presidente tuviera que ir al imponente Campo de Mayo a resolver la cosa para que la casa estuviera en orden.
A pesar de esa prolijidad, un virus llamado inflación se fue poniendo complicado y la gente a sentirlo. “La pucha” que se hizo difícil aquél tiempo. Hubo que recurrir a todo el potencial de aquél ministro de apellido largo y difícil y un plan. Llegó el Austral y con algunas pérdidas de ceros, hubo un freno al descontrol y la casa retomó aparentemente el orden.
Por un tiempo…..
Porque cada remedio que se administraba tenía efecto menos duradero. Y al final ya los controles no respondían a mando alguno y ni el recordado Pugliese hablándonos con el corazón pudo volver a ordenar el domicilio.
Finalmente y en esa situación casi “inédita” llegaron las urnas que consagraron un nuevo gobernante. Y entonces para que seguir en ese infierno…..
Un riojano a la presidencia lo antes posible.
¡Qué gobierno el qué se fué!
“Siganme que no los voy a defraudar” nos dijo y ahí fuimos. Rápidamente el viento se puso de frente. Los de enfrente le tenían poca fé. Y los de adentro se la fueron perdiendo. Que un abrazo al Tte general Rojas. Que reuniones con Alsogaray.
Y para colmo la inesperada muerte del ministro de Hacienda. ¡Eso si que era para esperar el final !.
De la galera el presidente sacó el conejo de un ministro liberal y aunque eso significara tirar por la borda toda la historia del movimiento, soluciones diferentes no existían. Que sea lo que Dios quiera!
Y como “caramboleando” el pelado y didáctico Mingo bien pudo haber dicho al tiempo de andar: La casa está en orden. Y no hubiese habido muchas discusiones.
Este orden duró bastante más en el tiempo como que bancó una reforma constitucional y una reelección. La sensación que estábamos bien pero que terminaríamos mal comenzó a hacerse sentir.
Y así fue nomás. Pujas internas, economía a los empujones, otra vez las urnas llegaron a tiempo para zafar del momento.
Y ahí llegó Dn. Fernando. “Dicen que soy aburrido” nos explicó. Y arrancaron con “el chacho”.
No tardó mucho el país en ponerse patas para arriba. Y en ese lío el Chacho se fue y el “triste” quedó solito.
Ya esto si que era el infierno! Si hasta el ministro pelado fue llamado de nuevo pero como se decía en las calles….” Esto no lo arregla ni Magoya”.
Y no lo arregló nomás y con saldo de muertos en las calles hubo helicóptero y hasta cinco presidentes en 10 días…..
¿Podría llegar a estar peor el país?.
Asumió el interino constitucional. Y aunque parezca mentira emparcharon bastante bien las cosas y dos años mas tarde sino estábamos en el país de Alicia, el giro había sido grande. Increíblemente el enfermo grave estaba estabilizado. Y otra vez las urnas y como nadie quería hacerse cargo llegó un patagónico y sin mucho entusiasmo lo aceptaron y a la cancha.
Siendo sinceros, el orden en la casa duró un tiempo, al precio de cavar una fosa al jefe anterior y encomendarlo a los “quintos infiernos”.
El patagónico volvió a imponer algo similar al 96/97.
Estábamos bien, pero en el horizonte algunas nubes anunciaban que alguna tormenta vendría.
Y la que llegó fue la doctora Cristina. “Soy una abogada exitosa” nos previno. Y al poco tiempo, un negocio fallido rompió todo el orden. El gran culpable fue un diario: Clarín.
Y la guerra con el campo. Y se vino un despelote de aquellos como que el gobierno perdió una votación en el senado con el voto “No positivo” del vicepresidente de la nación.
ESA SI FUE UNA CRISIS INSTITUCIONAL!!!. Derrota electoral en la intermedia y todas las opiniones todas afirmando que la presidente la tendría muy difícil para llegar al final de su mandato. Eso era terminal: 2009 /10.
Y para colmo, la presidente peleada con su vice y muy sola, debió soportar la imprevista muerte de su esposo y guía político. PEOR NO SE PODÍA ESTAR!!.
Crisis tan grave que se peleaban por la sucesión. ¿ Quién sería el próximo presidente?. Porque de reelección ni hablar con el país así.
Y llegaron las urnas. Y HUBO REELECCION!!
“Ahora venimos por todo” arengó y hasta agregó: “Ténganle miedo a Dios y un poquito a mi”.
Que bravo fue ese período. Cada día un poco más complicado y cada día una nueva denuncia de negociados y corrupción. Nueva derrota en las elecciones intermedias y llegar al 2015 fue “una peripecia” como decían las abuelas.
Y con todo “desordenado”, a los manotazos, ese gobierno llegó a la orilla y entonces, urnas y……
Ah… pero MACRI !!. “De la inflación ni hablo por-que ese no es un problema en ningún país serio” afirmó de entrada sin sospechar siquiera que había sido electo para gobernar argentina. No Suiza.
Dos años mas o menos prolijos y otra vez “la chancha al maíz”. Tras el triunfo en las legislativas comenzaron los choques. Paro sindical va y piquete viene. Esta si que era en serio. Situación terminal.
Si no eran pocos los que ponían al presidente en lo más alto del podio de los peores de la historia. ¡Mirá que va a haber otro peor! Aseguraban los compañeros. Y a los tumbos llegó al final para que no se olviden, en medio de tamaño desastre se fue perdiendo……con el 41 por ciento de los votos del país.
Y Cristina, se autoeligió presidente (quienquiera puede ponerle sexo al cargo) y también eligió a su compañero de fórmula: es decir al presidente!!!.
Ningún guionista lo imaginó nunca. “Y como si todo esto fuera poco” una pandemia mundial sin antecedentes propia para poner a prueba a los mejores gobernantes. Y Alberto no lo es por cierto.
Y cuando otra vez la nave se iba a pique, el manotazo para que un eterno soñador de las filas de la Ucedé (donde no faltaban buenos profesores, pero donde fue muy mal alumno) como Sergio fuera erigido presidente “sin banda”. Tomó las riendas de la economía toda, y para poder ser el futuro candidato a presidente, ni lerdo ni perezozo, llevó la situación a un extremo donde no tuviera competencia. ¿Quien podría tener ganas de agarrar un país después de un año de manejo del que fuera compañero de ruta de un ignoto concejal liberal de San Martín que lo puso en la cancha y al que “Masita” después abandonó a su suerte.
El lector puede pensar que ahora llega la descripción de la situación actual del país. Y se equivoca.
No hay más espacio y hasta tal vez sea suficiente con lo que es el título de esta columna: QUE BIEN ESTÁBAMOS EN TODOS LOS MOMENTOS DESCRIPTOS Y SOBRE LOS QUE DECÍAMOS QUE MAL ESTAMOS.
Esta vez…..
(Editorial publicada en la edición de TIEMPO de Ranchos del 01 de septiembre de 2023)