Editorial: No hay peor sordo que el …..
El proceso electoral en marcha ha puesto ya al rojo vivo las esquematizadas estrategias de la dirigencia argentina para transcurrir estas instancias, cada vez más agresivas, irrespetuosas y ale-jadas de toda regla que permita aceptar los límites de cada uno y de cada sector en pugna.
Claro que siendo testigos de la corrupción que impera en la política argentina, ya sin disimulo alguno (o mejor sin vergüenza ni condena alguna) resulta poco menos que una ingenuidad pretender transparencia y un reglamento que todos respeten. Citar esta característica es solo para no pasar “por tontos”, pero creer que lo hacemos con la pretensión de corregir algo no respondería a mas que “serlo” en la realidad.
Por estos días, en medio de la sangre inocente que se derrama diariamente en esta argentina que en lo mas alto de su cúspide sigue hablando de los “desaparecidos” “torturados” y “muertos” de otras épocas como máscara para ni darse por enterado de los que en mucha mayor cantidad desaparecen, torturan y mueren todos los días en todo el territorio nacional, dos casos han acaparado la mayor atención de la opinión pública a través de los medios. Un empresario asesinado en su propio domicilio en el conurbano y una mujer desaparecida (a esta hora se descuenta muerta y casi seguramente trozado su cadáver y arrojado a un campo) en Resistencia, Chaco. En el primero de los casos están imputados, presos y buscados, militantes punteros del ex intendente de Morón, por entonces esposo de quien fuera luego gobernadora de la provincia de Buenos Aires por la alianza Cambiemos. La cita a ella es solo a efectos de ubicar al ex intendente de ese distrito, y no significa involucrar a Vidal en el caso.
En la situación de Chaco, el caso es infinitamente mas grave. Al momento de escribir estas líneas están detenidas siete personas: el novio de la mujer desaparecida, su padre y madre, ambos jefes de una organización “piquetera” sostenida por el gobernador y ex jefe de gabinete de la nación Jorge Capitanich, mas dos empleados de esa organización y los encarga-dos de uno de los campos que el “piquetero” había logrado comprar con su “tarea social”. Al margen de lo macabro de lo que están siendo acusados el matrimonio y su hijo y sumado que habrían llevado a cabo el hecho en la propia casa paterna, luego de largos días de protección política y “ganar tiempo”, los investigadores hallaron al acusado del femicidio con varios millones de pesos en su mochila y otros varios millones fueron hallados en la casa del horror.
Los piqueteros, dueños de campos, se manejaban con efectivo por millones en su poder. Para sintetizar vale citar: ambos fueron testigos del último casamiento del gobernador y en las elecciones convocadas para este domingo en esa provincia, el matrimonio piquetero eran (acaban de prohibirlos) candidata a intendente de Resistencia (la mujer) y a diputado nacional el padre del supuesto femicida.
La política en su más alto poder “al palo”. Solo se ha escuchado hasta el momento la frase de estilo “que se esclarezca pronto el hecho” en boca del gobernador. ¿Para qué otras explicaciones o actitudes nó?
Cuando en los territorios del poder se observan habitualmente las consecuencias de tanta corrupción, las metodologías que se utilizan por los subterfugios y que no finalizan trágicamente resultan naturalizadas y referirse en tono crítico a ellas hasta puede parecer desmesurado y sorprender al lector.
Veamos un caso repetido: en la oposición mas representativa del actual gobierno, que aspira y con aceptadas razones a sucederlo en el país a partir de diciembre, se vive una interna que tiene a dos postulantes con chances aparentemente equilibradas y que por esa razón conlleva a algunos de sus contendientes a actitudes, maniobras y acciones cada día mas extremas. Es el caso del Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Rodriguez Larreta, que llegara a ese poder en 2015 sucediendo al ex presidente Mauricio Macri con la decisiva ayuda de éste para vencer en la interna de entonces a quien luego fuera vicepresidente de la nación Gabriela Michetti. Con una enorme estructura y financiamiento que le da gobernar la ciudad mas rica del país, Larreta creyó tener el camino expedito a la Casa Rosada y así fue instalando tanto su candidatura presidencial como la de su delfín (era su vicejefe porteño) Diego Santilli como aspirante a gobernar la provincia de Buenos Aires. No había prácticamente nubes en el horizonte del alcalde. Pero, la presidente del PRO y ex ministra de Seguridad de Macri, Patricia Bullrich, anunció, mantuvo y se lanzó como su competidora. En desventaja infinita en estructura, financiamiento y medios en general, Bullrich fue marcando diferencias con el jefe de gobierno y expresando un discurso mucho mas acorde a lo que reclama la sociedad en general. La gran avenida del medio tan publicitada por otro dirigente otrora opositor y hoy gran “kirchnerista” ya cayó en deshuso. Larreta insiste en ella. “Me iré del gobierno de la ciudad tras ocho años sin haber tenido discusiones fuera de tono, ni agresiones contra nadie” exhibe como una de sus cucardas. “Habrá que pelear muy duro y con mucha firmeza contra las mafias de todo tipo” repite en cambio su contrincante.
Lo cierto es que la ex ministra fue sumando adhesiones, creciendo en las encuestas y hasta consiguiendo hace poco el apoyo del fundador del PRO y ex presidente Macri. No son pocas las consultoras que vienen señalando a la mujer con ventaja sobre Larreta. Y esto que no debiera ser mas que una opción en una competencia de por si desigual (Larreta ha designado funcionarios de manera despiadada en la sede gubernamental porteña de la calle Uspallata) se ha convertido de pronto en la mayor vidriera de lo que es capaz de intentar un político argentino con tal de alcanzar su ambición. A pocos días de cerrarse las listas y con las provincias adelantando sus elecciones, trabajó casi en secreto un acuerdo con el gobernador de Córdoba, adversario de su espacio y al que piensan ganarle sus compañeros de Juntos en comicios a realizarse en dos domingos más, todo porque esos compañeros de espacio están alineados con su competidora interna.
O sea: Primero mi ambición, después el partido (movimiento diría el general) y por último con que “rejunte” llegar al gobierno para administrar la Patria.
El insólito propósito de Larreta, en sociedad con la presidencia nacional de sus socios, la UCR, no puede tener siquiera pretensiones de admisibilidad, sino fuera por los muchos “comentaristas” en medios que hablan de cualquier cosa (ampliar el espacio, criterios de amplitud, etc, etc) y no de la única verdad que moviliza este intento que es cambiar el reglamento en el segundo tiempo del partido e ir a fichar jugadores ajenos al plantel para que jueguen unos minutos con su camiseta.
Podrían sumarse a este sector la ostentación ante los triunfos provinciales de sus amigos, para los cuales, aviones chárter viajaron con numerosas comitivas invitadas a Jujuy, Corrientes o San Luís.
En fin. Bienvenidas estas fases previas de las elecciones definitivas. Porque permiten conocer y descubrir a los aspirantes al poder en mucho mayor dimensión. Saber como actúan (y como seguramente lo harán) si llegan al poder para administrar nuestros recursos.
“Quien quiera ver que vea; quien quiera oír que oiga”. Hechos palpables abundan. Aunque es sabido que nuestra historia está repleta de ejemplos de este tipo donde el final resultó ser una consagración que pareció ser la decisión de ciegos y sordos.
Al menos en la historia contemporánea, hubo un presidente que tras ser electo y puesto en funciones y en medio de las sorpresas por varias de sus medidas se sinceró: “Es que si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie” afirmó. Con el perdón y respeto del soberano, hoy vale dudar de ello. Son muchos los que mas que decir lo que harán, directamente lo muestran con sus comportamientos. ¿Y alguien se atreve a afirmarnos que por ello no serán bendecidos en las urnas?
(Editorial publicada en la edición de TIEMPO de Ranchos del 16 de junio de 2023)