Editorial: ¿Para qué sirve encontrar a Messi?
El mejor jugador de fútbol del planeta en el contexto de los últimos años pudo obtener el título mas preciado de este deporte como es la copa del mundo de selecciones en Qatar hace algunos meses.
El combinado argentino no solo se coronó sino que lo hizo mereciéndolo con creces y venciendo en la final al último campeón Francia, país donde precisamente ha jugado las dos últimas temporadas el argentino Messi.
Y la acotación no es vana. Porque es Francia la representación que mostró al segundo mejor jugador del mundial y seguramente quien será el continuador del legado planetario de Lionel: Kylian Mbappé.
Resulta paradójico que tanto el rosarino como el fabuloso goleador hayan estado contundentemente por encima del resto en dicho mundial y que hayan si-do los mejores de los mas de 30 jugadores que disputaron esa inolvidable final, paradoja que surge cuando advertimos que ambos son compañeros y juegan en el mismo equipo en Francia. Si. Juegan juntos en el PSG. Y al decir esto tenemos la inocultable intención de despertar en algún lector desinformado la sospecha de que en ese equipo han ganado cuanto se le ha cruzado disputar.
Y la respuesta es absolutamente contraria. Juntos, es-tos fenómenos y con muy buena compañía por cierto, apenas si pudieron ganar la liga local que no es lo mas excelso del mundo y nada mas. El resto – incluyendo claro está el balance de la entidad – ha sido un rotundo fracaso.
¿Cómo puede ser que el PSG teniendo en sus filas a los dos mas grandes del mundo del balón y casi en sus mejores momentos termine de esta manera?
Nuestro lector ya ha repetido la respuesta en más de una oportunidad mientras recorría estas líneas. Nosotros lo haremos un poco mas abajo.
La sociedad argentina es tan futbolera, que a todas las cuestiones que hacen a nuestro país y a la vida de cada uno de nosotros las vemos, analizamos y resolvemos en términos de fútbol. Y si no veamos:
En medio de una crisis verdaderamente terminal y “casi” sin antecedentes (por si hace falta a renglón seguido explicamos el por qué de esta afirmación) en la antesala de un proceso electoral que va en busca de nuevo mandato presidencial, de gobernador e intendentes, vale mirar esta inclinación tribunera del gran elector.
Estamos convencidos que esa gran hinchada nacional está buscando o cree haber encontrado en alguien su propio “Messi”. Y ni hablar de aquellos que aseguran que en las filas de su simpatía no solo está Messi…..sino que en la fórmula va con Mbappé. Ese asegura todos los títulos futuros para la política criolla.
Ahora hagamos un pequeño paréntesis para respaldar nuestra afirmación sobre la gravedad de la crisis actual. Nos remitiremos para ello a tres afirmaciones contundentes de tres altísímas figuras del propio gobierno:
“Sergio Mazza asumió como ministro de economía el día antes a que el gobierno se fuera en Helicóptero” (Jorge Ferraresi, ex ministro del actual gobierno e intendente de Avellaneda); “El martes pasado todos pensábamos que el gobierno no llegaba al viernes” (el fin de semana “Andrés cuervo Larroque, ministro del gobierno de la provincia de Buenos Aires y cofundador de La Cámpora); “Estoy imaginando en algunos momentos que este gobierno no llega al final de su mandato” (Cecilia Moreau, presidente de la Cámara de Diputados de la nación y por lo tanto en la línea sucesoria presidencial).
¿Vióse alguna vez una situación comparable en un gobierno nacional? No hace falta decir que además en un gobierno de signo peronista.
Hecha esta aclaración, volvamos al meollo de la cuestión y en ese sentido ahora si sumemos nuestra res-puesta al interrogante futbolero planteado mas arriba: resulta evidente que en toda la descripción de los logros y la talla de Messi y su colega francés omitimos ex profeso la gran cuestión que aclara cualquier duda sobre los mismos: en Qatar ganó la selección argentina que contó entre sus filas al mejor del mundo. Esta es la respuesta correcta. Es sin los Di María, Julián, El Dibu y los 20 restantes, mas el cuerpo técnico encabezado por Scaloni, y una dirigencia de AFA que brindó un respaldo absoluto y seguramente algunos aspectos mas que no conocemos, el título no hubiera llegado, pese a Messi y su inmensidad.
Resulta fácil advertir que algunos de esos ingredientes no los han tenido Messi y Mbappé en el PSG y sin esos condimentos no hay coronas.
Vale y mucho tener en cuenta este contundente ejemplo futbolero. Estar en búsqueda de un gran “jugador” para gobernar el país, aún si ese fuera el mejor del mundo, es apostar a una ilusión que no garantiza nada. Cristina, Macri o Milei, según cada uno de sus adherentes o seguidores, encarna a esos ídolos de la pelota y en eso, y solo con eso, sostienen sus fanáticas y extremas posturas. Entre Cristina y Macri pueden su-mar tranquilamente los últimos 12 años de gobierno y administración del país. Ocho de ellos ocupando nada menos que la presidencia y en estos últimos cuatro, la doctora Fernández decidiendo y eligiendo con absoluta libertad y albedrío cada quien en cada lugar, con ella de gran capitana.
Y con absoluta honestidad, estos doce años con sus matices diferenciales, no han sido para ganar ningún título mundial.
Todo lo contrario. Tan poco sumaron que solo escucharlos como le echan la culpa de todos los partidos perdidos “al otro” pone bien en claro que se ganó poco y nada.
Y por último, en el caso más novedoso del tercer gran actor protagónico de este proceso, sirven los ejemplos de los demás para observarlo y preguntarse: Puede que sea el Messi de la gestión. Puede.
Pero no es válido plantearse que hasta ahora no se observa ni a Di María, ni al dibu, ni a Enzo, ni a Scaloni y en realidad ni al aguatero?
Está claro que de estas alternativas, surgirá el futuro capitán de este barco. Y así habrá de ser. Pero debiera imperar en todos los que seremos sus electores la convicción que nos lleve a pedirles (y hasta exigirles) que vayan armando buenos planteles, que acepten un buen cuerpo técnico y todo lo demás. Y la disposición para que en ese esquema alguien tendrá que ser Armani. Integrar desde donde toque y con la misma pasión que el “dibu”.
Seguir integrando una sociedad que cuando llega su momento mas protagónico se dedica a descubrir (en realidad no descubren nada) a su propio Messi y si está acompañado por un goleador francés mejor.
A ellos hay que advertirles que nada de eso servirá para mejorar la vida de los argentinos sino sabemos encontrar los técnicos dirigidos por un Scaloni, una AFA dirigencial, y un montón de herramientas sin la cuales, soñar con terminar campeones es una utopía que desde ahora debemos descartar.
(Editorial publicada en la edición de TIEMPO de Ranchos del 05 de mayo de 2023)