La argentina tan falta de proyectos ambiciosos y esperanzadores y de un futuro cierto no deja de vivir políticamente del espejo retrovisor buscando que el pasado permanentemente construya los cimientos de cada existencia.
Y si bien es cierto que jamas debe prescindirse de la historia que nos permite sabe de donde venimos, no es menos cierto que eso se completa diciendo para saber adonde vamos.
Hace pocas horas acaba de revivirse un año mas – 45 ya – del último golpe militar ocurrido en marzo de 1976 y como en cada conmemoración de lo que significó el final de una época dramática de nuestro país y el inicio de una tragedia repudiable, nuestra pequeña y hasta en muchos casos miserable dirigencia preparó sus discursos y actos procurando como ocurre año tras año, que el relato del infierno de entonces los convierta en los ángeles del presente.
Libreto único que se acomoda según las circunstancias.
Asi como el “infierno” kirchnerista hace pensar a sus opositores que son el mejor gobierno de los últimos cincuenta años y en la misma proporción el “infierno” macrista hace brillante al kirchnerismo, no les parece mal a todos (cada uno con sus matices) mostrar las barbaries de Videla y los suyos para que todos entendamos que suerte la nuestra de tener a “estos” y no padecer a aquellos.
De paso a muchos les viene bárbaro para evitar referirse a la peor gestión de un gobierno elegido por el voto popular como terminó siendo el del fallecido general Perón y que antecedió a la brutal dictadura.
Intentar ignorar lo que fue el período de existencia de Montoneros, ERP, MRP y etc. etc., con la violencia de sangre y muerte instalada desde y en contra del gobierno es un crédito que se toman sin permiso de nadie nuestros actuales gobernantes.
Sigue siendo un gran velo aquél golpe. Y está bien que no lo olvidemos. Y no está nada mal el Nunca Mas de aquello. Pero en un país que debiera tener la misma firmeza para decir Nunca Mas a muchísimas cosas que hemos concretado y padecido desde 1983 a la fecha.
En casi medio siglo no hemos sido capaces siquiera de procurar Nunca Mas a la corrupción mayúscula que desde el estado se genera, se ignora o se permite. No nos animamos a decir Nunca Mas a la apropiación partidaria de valores que son de todos sin exclusiones. Entre ellos la democracia misma, Los Derechos Humanos todos (los de alimentos sobre todo para los chicos, los de la justicia, la educación, la seguridad) que no tienen dueños sectoriales. No somos capaces de decir Nunca Mas a los atentados a la convivencia que se destruye desde el discurso mismo de los propios gobernantes.
No somos capaces de decir Nunca Mas a que se imponga como agenda prioritaria acomodar a la justicia y sus jueces en procura de evitar sentencias en causas que complican al gobierno por encima de una agenda que procure conseguir vacunas contra el Covid y que permita salvar miles de vidas en juego por la pandemia.
No somos capaces de consolidar un Nunca Mas a partidizar esas mismas vacunas. Las que faltan son culpa del mundo. Las pocas que logramos aplicar son un histórico logro del gobierno.
Y no conseguimos nada de eso teniendo muy cerca y a la vista ejemplos notables del camino a recorrer para ello. Porque no es cierto que en la argentina fue la dictadura mas cruel del continente. Solo hay que conocer lo ocurrido en Chile para constatar esa falacia. Chile sin embargo hace años que no vive en comparancia con Pinochet ni poniéndolo en la agenda de todos los días. Tienen sus dificultades claro, pero tienen logros para mostrar desde el escenario de su democracia. Con gobiernos socialistas y liberales.
Pero si hay un ejemplo contundente, aplastante, rotundo en esta cuestión es el de Uruguay. La democracia recuperada en el hermano país permitió que llegara a la presidencia un líder guerrillero que pasó mas de trece años en la cárcel por ello. Y llegó al poder democráticamente contando entre sus derrotados a quien lo había mantenido en prisión. José “pepe” Mujica, que de él se trata y Julio María Sanguinetti (el otro presidente al que nos referimos) tras su paso por el máximo cargo compartieron el senado democrático uruguayo y hasta accedieron a una sugerencia de renunciar a sus bancas e irse el mismo día en el que cada uno tras sus respectivos discursos cerraron la jornada con un abrazo que no los despojó de sus ideas y convicciones. Los llenó de grandeza ante su pueblo.
Esto en Argentina y su dirigencia es de “débiles” e inconsistentes. No es de argentinos democráticos nada de esto.
Pues bien: este 24 de marzo, el gobierno argentino realizó como ofrenda a la democracia el acto mas canallezco que podía llevarse a cabo en esta fecha (ningún día justificaría tamaña decisión, pero un 24 de marzo??) comunicando que nuestro país se retira del llamado grupo de Lima, creado entre países del continente para colaborar en la búsqueda de una salida democrática a la grave situación de violencia y atropello a los derechos que vive Venezuela, calificada públicamente como “ no es una democracia” por el actual canciller Solá del que al momento de escribir esta columna no hemos conocido su renuncia que no dudamos deberá acontecer en las próximas horas.
Tamaño gesto de respaldo al gobierno mas dictatorial y cruel del continente en un 24 de marzo, muestra mas que a las claras que el Nunca Mas y la defensa de la democracia para muchos es solo una pantalla y otro velo que tapan sus verdaderas convicciones y afinidades ideológicas.
Que son. Que piensan y adonde quieren ir es tan evidente que en caso de lograr esos objetivos nuestro futuro se cae de MADURO.
(Editorial publicada en TIEMPO de Ranchos del viernes 26 de marzo de 2021)