El Senasa informa sobre los aspectos que las personas deberán tener en cuenta al momento de adquirirlos y consumirlos.
Buenos Aires – En vísperas de Semana Santa, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) brinda una serie de consejos para que las personas puedan adquirir y consumir de manera segura, tanto pescado como otros productos ictícolas.
Para cuidar la salud de las personas, se destacan algunas de las principales cuestiones que se deben tener en cuenta al comprar ese tipo de productos:
•Aspecto de la piel de los pescados: los colores deben ser vivos, tornasolados y sin decoloración. Es decir, no deben ser apagados o sin brillo.
•Aspecto de los ojos de los pescados: deben estar sobresalientes, brillosos y con la pupila negra. No deben verse hundidos, grises o viscosos.
•Aspecto de la carne de los pescados: debe ser firme, translúcida y de superficie lisa. Es decir, ni flácida, ni opaca o rugosa.
•Los crustáceos menores, como camarones y langostinos, pueden presentar un color amarronado-violáceo traslúcido en caso de estar crudos o un rojo intenso cuando se los vende cocidos; en ningún caso deben presentar manchas negras, olor desagradable o desprendimiento entre cabeza y tronco, ya que todos estos son signos de deterioro.
•Los calamares deben presentar una piel lisa, suave y húmeda sin manchas sanguinolentas o extrañas a la especie, sus ojos deben ser vivos, brillantes y salientes y su musculatura consistente y elástica.
•Se debe evitar descongelar y volver a congelar pescados y mariscos; no descongelar los productos a temperatura ambiente y, una vez preparados, consumirlos lo antes posible.
Por otro lado, si se adquieren productos ictícolas conservados en lata, es importante observar que no presenten abolladuras, no estén hinchadas, ni oxidadas. Asimismo, se deberá chequear en el rótulo, la procedencia y el vencimiento.
¿Qué observar en los comercios?
•La pescadería debe estar limpia: el agua de deshielo de las mesadas debe escurrir correctamente y el local no debe tener olores desagradables.
•El pescado fresco no “huele mal”; este es un indicio de que ha iniciado su proceso de descomposición.
•Los pescados enteros no deben estar muy juntos, ni amontonados.
Es importante considerar que en el traslado hasta el hogar, si queda lejos del lugar de compra, es preferible usar conservadoras. A su vez, la mejor manera de conservar el pescado en la heladera es en envases cerrados que eviten la transmisión del olor al resto de los productos, y ubicarlos en los estantes más bajos disponibles.
El Senasa interviene de forma directa en toda la cadena de producción pesquera. Determina las normas y programas destinados al control de las condiciones higiénico-sanitarias de los establecimientos donde se faenan, elaboran e industrializan productos, subproductos y derivados de la pesca y la acuicultura.
A su vez, en los laboratorios del organismo, se utilizan distintas técnicas analíticas que permiten determinar las condiciones de calidad, higiene e inocuidad del producto. Para esto, se trabaja en la detección de elementos nocivos como: patógenos, histamina, biotoxinas marinas y contaminantes químicos, entre otros.
También controla el cumplimiento de los requerimientos necesarios en los productos importados para acreditar su inocuidad y prevenir el ingreso de enfermedades exóticas. Se evita así el riesgo potencial en los consumidores argentinos.