Por Héctor “Cacho” Olivera
El Diputado Julio Debido está prestando un invalorable servicio a la República.
Es que a raíz de sus asuntos policiales el tema de los fueros parlamentarios ha pasado a ser materia de tratamiento no ya exclusivo de abogados sino que está en las mesas de cafés, reuniones familiares y tertulias varias.
El Fiscal Federal Stornelli ha pedido su desafuero para que se lo meta preso preventivamente en razón de los múltiples delitos de que se lo acusa.
El juez de la causa rechazó el pedido del Fiscal para satisfacción del acusado y desagradable sorpresa de todos nosotros.
Habrá que ver qué ocurre con la apelación ya presentada por el acusador.
La Justicia muestra una vez más su distancia de los requerimientos de la República.
Hay que decir que a los Jueces se los trata de “Vuestra Señoría”, lenguaje de la Edad Media y agregar que es necesario que la Legislatura modifique las leyes para achicar el campo de interpretación que manejan en Tribunales así como acortar sus tiempos.
La lentitud es tal que no podría sorprender que apareciera una multa contra French y Berutti por haber pisado los canteros de la Plaza de Mayo cuando repartían escarapelas.
Corresponde decir que, al más puro estilo argentino, el tema de los fueros de que gozan los legisladores ha sido deformado y su verdadera razón dejada de lado para pasar a ser una especie de antibiótico de inmunidad para todos los vicios.
En su Art. 68° la Constitución Nacional dice que los Legisladores gozarán de fueros que impedirán que se los persiga por “las opiniones que emitan desempeñando su mandato de Legislador”.
Queda claro que no habla de delitos de corrupción, asociación ilícita o robo de gallinas.
El Art. 69° agrega que “ningún Senador o Diputado puede ser arrestado” salvo que se lo encuentre con las manos en la masa cometiendo algún delito.
Así las cosas, el Art. 70° completa diciendo que si un Juez lo solicita, cada Cámara podrá quitar los fueros para que el aludido sea juzgado como cualquier mortal.
Los diferentes sectores políticos que competirán en las elecciones no han dejado pasar el tema y cada uno se ha manifestado según su punto de vista.
El cristinismo, obviamente, se hace el distraído y parece que le han comido la lengua los ratones.
Los otros sectores peronistas, (Massa/Stolbizer y Randazzo), se han apresurado a renunciar a los fueros que pudieran tener.
En realidad no es así la cosa.
Los fueros son de las Cámaras y solo el Cuerpo puede disponer de ellos.
Por eso la firma ante escribano o cosas por el estilo es apenas un vedetismo teatral que carece de sentido.
En realidad lo que debería hacerse es usar el Art. 66° de la Constitución que habilita a las Cámaras a expulsar a cualquiera de sus miembros por “inhabilidad moral”.
De este tema hay antecedentes, como el del Diputado catamarqueño Luis Luque por sus declaraciones en el caso del asesinato de la joven María Soledad Morales o el de la diputada Hilda Ancaraz de Godoy, una marplatense vinculada al tráfico de niños que además amenazó de muerte a periodistas.
A los dos los echaron sus pares y listo.
Lo que tiene de bueno la cuestión es que si se llega al extremo, cada uno debe mostrar su cara.
A modo de anécdota refiero que cuando me tocó pasar por la Cámara de Diputados bonaerense sendos jueces solicitaron el desafuero de Alberto Samid el carnicero, y Hugo Moyano el camionero.
Uno por una deuda impositiva de 80 millones de pesos y el otro por el hallazgo de una carga de cocaína en su despacho sindical.
Naturalmente, como entre bueyes no hay cornada, a los dos los salvó el peronismo porque no alcanzaron los votos con las dos manos de los que apoyamos el desafuero.
La experiencia actual suma un elemento más para conocer en realidad quienes son, como especulan unos, como se comportan otros y, finalmente, como son todos.