Tenemos una dirigencia de m….. de la que yo también formo parte» dijo hace unos años el ex presidente Duhalde y pareció patear el hormiguero de la política nacional. A esta altura podría decirse que mas allá de lo escatológico del término no sobran argumentos para contradecir al veterano dirigente de L. de Zamora.
Y no se trata solo de analizar la tan mentada corrupción que impera en las dirigencias de todos los niveles y que se trasunta en cientos de denuncias cruzadas, enjuiciamientos, procesamientos y el desfile de mu-chos por los tribunales, sobre todo en la clase política cuando finalizan sus mandatos en el poder.
La mirada que procuramos en este enfoque apunta a la capacidad, idoneidad, lucidez, preparación e inteligencia de quienes se ubican en un lugar «adelante de la gente (ese quiere decir dirigente) y por lo tanto se los supone con atributos para el desempeño de sus funciones casi privilegiadas.
Últimamente resulta muy común que todos los debates comiencen, pasen o terminen en el rol que cada uno le asigna al estado. «Ahi debe estar el rol del estado» suele ser una respuesta usual para cerrar las teorías de casi todos cuando hablan de la inflación, de los puestos de trabajo, de las inversiones, de la seguridad en la vía pública, en las canchas de fútbol o en cada rincón del país. Pero la misma frase sirve natural-mente para el sistema carcelario, la educación, la salud, las policías y en verdad, nada debería sonar mal, porque todo lo dicho es por principio constitucional deber del estado.
Ahora bien: en esta línea de observancia también es repetitivo que se afirme muy suelto de cuerpo que cada uno de los problemas que en sumas industriales existen en todas éstas áreas sean precisamente «porque el estado no hace nada por ello».
Para sintetizar, para la dirigencia criolla, de izquierda o liberal, conservadora o progresista bastará que el famoso estado se ponga a hacer estas cosas que final-mente todos le reclaman y la argentina echará a andar a «ochenta y capota baja».
Pero a poco de escuchar a nuestros grandes pensadores y poner un poco de atención comenzamos a desentrañar el ovillo de esta teoría. En la argentina, mas de 21 millones de argentinos (del total de la población estimada en alrededor de 43 millones) vive de lo que cobra del estado. Empleados públicos, planes asistenciales, jubilaciones y pensiones y otras asignaciones, estableciendo una relación entre población y retribuciones estatales que no tiene comparación con ningún país serio del mundo. Vaya presencia del estado a la hora de desembolsar pagos a personas todos los meses. Y agreguéle las universidades estatales gratuitas que no existen en los países limítrofes, y los hospitales públicos que en la mayoría de los casos ni siquiera perciben retribuciones de las Obras Sociales de sus pacientes y como ha venido ocurriendo hasta ahora el fútbol «gratis» para todos que paga el estado y una larga lista de emolumentos mas que no detallamos solo por espacio pero que cualquier ciudadano identifica.
En esta situación, cuando el debate se va por el lado de los costos que tiene el estado, ahí vuelven todas las teorías que finalizan diciendo sueltos de cuerpo que «lo que ocurre es que hay que achicar este estado» para reducir el déficit, etc. etc.- Seguramente alguna cosa comienza a generarle cosquillas al lector a esta altura de un relato que es fácil encontrar todos los días en la pantalla de cualquier canal y con cualquier pretendido debate «de ideas».-
Pero no es todo: noches pasadas precisamente en uno de esos programas que se encargan de poner a la luz, los esclarecedores conceptos de nuestros grandes dirigentes, se abordó la cuestión de las personas con capacidades diferentes y en muchos casos las dificultades de sustento que muchas de ellas tienen al serles complicado conseguir trabajo el veredicto final no tuvo dudas en afirmar que «ahí debe estar el estado para otorgar un cupo importante de sus puestos laborales a esa franja de la sociedad….».-
No pasó mucho tiempo y en otro debate se trató el tema del primer empleo con las dificultades que tienen los jóvenes sin experiencia laboral para ingresar en el mundo privado.¿A qué no sabe cual fue la propuesta que contó con la unanimidad de los debatientes?: «Ahí debe estar el estado con un programa que les de albergue laboral a esos jóvenes….»
No faltó en programas sucesivos el abordaje de cierta «discriminación» que se afirma sufre la mujer a la hora de conseguir trabajo (en la que no creemos para nada) y tras discutir acaloradamente el final de consenso fue que el estado «así como se ha legislado en la igualdad de cupos para las listas de candidatos, deberá ir hacia la equiparación por sexos en aquellos lugares donde prevalecen los hombres….».
No termina esto aquí, estimado lector: mucho se discute estos días de las condenas a delincuentes, las libertades, el sistema carcelario, etc. etc.- Y no faltó allí entre los cada día mas defensores de los derechos de los delincuentes quienes afirmaran que el gran problema de un presidiario es que al salir y tener antecedentes penales nadie le da trabajo, cuestión que no discutimos. Rápidamente llegaron los consensos y coincidencias: «Ahí debe estar el estado para reinsertarlo dándole trabajo….»
Aseguramos que hay mas casos que tienen la misma propuesta. Sino basta con la ley aprobada hace poco para «crear» un millón de nuevos puestos de trabajo. Con esto alcanza para el propósito fijado. Resulta gracioso cuando a estos mismos dirigentes se les plan-tea cierta ineficiencia en el funcionamiento del estado y entonces a coro reclaman «por capacitar al personal existente y exigir que solamente se tome personal donde haga falta por estricto concurso (????).-
Reflexión: Si es el estado según estos genios brilla por su ausencia en tantas cuestiones y debe estar mas presente, pero a la vez hay que achicarlo. Si como decimos al estado hay que achicarlo pero debe hacerse cargo de capacidades diferentes (lo mas razonable de todo lo expresado), de cupos femeninos, de jóvenes sin experiencia laboral y de cada preso que recupera la libertad, ¿Nos explican como se achica?.
Y por último, si el estado va a funcionar con personal que se seleccione por ser mujer, por condiciones físicas, por no contar con antecedentes laborales o por ser ex presidiarios, ¿Dé qué concursos selectivos nos hablan los mismos dirigentes?
Solamente tomando a la sociedad que los mira y escucha por verdaderos estúpidos tan discapacitados que no ingresaríamos a trabajar ni en ese estado que proponen, nos pueden chamuyar tanto todo el tiempo. Señores dirigentes políticos (con honrosas excepciones que rápidamente se destacan): NO SE LES CAE UNA IDEA EN SERIO.
Por eso sin ningún rubor pueden levantar tanto la voz y explicar hasta con lujos de detalles como arreglaría la economía Axel Kicillof, la seguridad Anibal Fernandez y el desempleo el ex ministro Tomada todos los que se fueron «ayer» del gobierno sin poder siquiera paliar ninguno de estos temas en largos años.
Todo lo dicho hasta aquí procuraba obtener vuestra atención para señalar un proyecto de ley nacional que acaba de obtener su primera aprobación presentado por el bloque del Renovador (renovador?) Frente que lidera Sergio Mazza por el cual «el estado deberá proveer de toallitas femeninas, tampones y otros elementos íntimos» para todas aquellas mujeres de bajos ingresos. El estado también debe decir presente en esto.-
Como queda demostrado en el último ejemplo, para nuestros dirigentes en general que el estado se haga cargo de todo, es la regla.
(Editorial publicada en la edición del sábado 06 de Mayo de TIEMPO de Ranchos)