La política argentina vive hoy tiempos de alboroto y tensiones.
Es natural que así sea al menos por el alimento que recibe de dos vertientes.
Por un lado, las consecuencias de estar tratando de salir de una docena de años cargados de populismo, corrupción y autoritarismo.
Por otro, la inminencia de las elecciones de medio tiempo que en términos cuantitativos redefinirá la composición de los cuerpos colegiados, (senadores y diputados nacionales y provinciales, concejales y consejeros escolares) y, a la misma vez, marcarán los posicionamientos políticos de oficialismo y oposición.
Para ayudar a tomar posición ante estas alternativas, puede resultar interesante destacar algunos fenómenos que están ocurriendo ahora que marcan un inédito diferenciamiento con lo que ha sido tradicional en nuestra historia.
Es una verdad admitida que los acontecimientos que carecen de espectacularidad no sean percibidos como tal quizás por ese acostumbramiento que muchas veces no encuentra ni en los medios de prensa ni en nosotros mismos la lectura real de su dimensión.
Sucede que el avión que despega o aterriza normalmente no es noticia.
Sí lo es el que se cae y produce la tragedia.
Dicho esto, vale destacar que la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, esa “piba” a la que “le gano por 10 puntos” al decir de Aníbal Fernández, está derrotando a los dirigentes sindicales docentes.
Lo está haciendo sustentada en la razón, la sensatez, la firmeza y la coherencia.
Ha apelado para encarar la gestión aferrarse al sentido común.
Así de fácil, así de firme …
A la discusión por los salarios, que es legítima pero pierde legitimidad cuando es el único tema que plantean los dirigentes, le ha sumado otros, como el control del ausentismo, la reformulación de la carrera docente y el cuestionamiento de la calidad de la prestación.
Lo que no alcanzan a comprender los dirigentes sindicales lo han comprendido los maestros y los padres de los alumnos.
Por eso la huelga se extinguió como una vela y la “escuela itinerante” se redujo a un intrascendente escenario para que la ex Presidenta dijera ante unos pocos sus propias intrascendencias.
Por otro lado, la Justicia abaló la actitud del Ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, que desde el primer día dijo que no habría paritaria docente nacional.
No era un capricho de Bullrich sino simplemente la aplicación de la legislación vigente.
Es que no puede pretenderse una paritaria nacional cuando el Ministerio de Educación no tiene un solo maestro a cargo.
La sólida posición asumida desde ambas gestiones de Gobierno de “Cambiemos” nos está diciendo que aún con dificultades que nadie niega el avance es posible.
Los chicos en las aulas con sus maestros trabajando son un brote de esperanza del que todos debemos sentirnos parte.
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24 de abril de 2024