El martes 9 del corriente el ranchero Juan Pablo Uribarri logró su décima cumbre al alcanzar la cima del cerro Bertran de 5.270 Mts en Catamarca. En esta oportunidad compartió el lo-gro con otro ranchero: Gastón Aguiar, «primera cumbre que hacemos juntos» nos dijo Uribarri que visitó nuestros estudios este jueves para contarnos con detalles cosas de sus siete años de esta pasión, la última experiencia y sus planes futuros. «Esta vez partimos para intentar cumbre en el cerro San Francisco de casi 6.000 Mts pero las condiciones climáticas nos obligaban a esperar unos cuan-tos días y entonces decidimos hacer el Bertran que yo había escalado hace unos meses, pero se me congeló el teléfono y la cámara de fotos y no pude registrar una sola imagen y entonces fui por la revancha» explica Juan.
«Todo nació con morbo en mí. Porque fue a raíz de un episodio ocurrido hace mas de siete años cuando una patrulla de rescate debió abandonar en la cima del Aconcagua a un guía porque corrían riesgos sus propias vidas. Ahí supe que el Aconcagua se sube todo caminando y sin elementos técnicos y le dije a mi hermano de subirlo. A los tres meses de eso y sin saber nada de esto hice cumbre en el cerro Champaquí. Fue hermoso y desde entonces no paro de pensar en la montaña….» explica.
«Esta última experiencia fue dura. Muy dura. Estuvimos 11 horas en la montaña con mucho viento y frío y resultó agotador».- Juan Pablo nos indica que para la preparación el aclimatamiento es fundamental. Esta vez pasamos tres noches a 2.800 Mts, subimos hasta los 4.000 bajamos y recién después hicimos el as-censo».-
«Con elementos técnicos hice el ascenso del Lanin en Neuquén. Ahí aprendí a usar la piqueta que se requiere sobre todo para los tramos nevados. En esa oportunidad tuve la posibilidad de practicarlo en vivo y directo porque me resbalé y caí unos cuantos metros, pero la piqueta cuando la clavas en el hielo te para» dice como si nada fuera. Agrega que el Aconcagua no es un objetivo «porque es un shopinng caro» y que disfruta mas de cumbres de 4.000 a 4.500 Mts, porque las de mayor altura «exigen mucha preparación y esfuerzo».
«El primer tiempo fue una tortura con mi familia porque sufrían mucho. Ahora mas o menos está controlado» es otra frase de la vi-sita. » Ahora hago un ascenso comercial en octubre como guía de gente de Ranchos y después tengo una invitación para escalar el Maipo en Mendoza, pero no está con-firmado». Y suma: «También tengo planeado intentar el Domuyo en Neuquén que es conocido como el techo de la Patagonia con dos neveras importantes y mi gran deseo es ir a Bolivia donde hay montañas hermosas….»
De la entrevista nos quedan muchas refle-xiones: «A veces te preguntas: Que hago acá?. Te imaginas una noche en plena nevada te dan ganas de ir al baño y arriba no hay baño. Tenes que dejar la bolsa de dormir, la carpa y salir. Sabés como extraño una ducha, el inodoro y un buen colchón?. Pero apenas regreso ya quiero salir de nuevo a la montaña».-
Y la última: » Claro que hay riesgo cada vez que viajo a escalar. El mayor de ellos está en las rutas. La montaña tomada con responsabilidad es mucho menos riesgosa que las rutas»
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