Nada tan cierto como aquello que se repite popularmente como «echa fama y acostate a dormir» o «la mochila de un apellido» o diversas formas de referirse a versiones que se instalan sobre determinado lugar, persona o acontecimiento y se da por sentado que lo repetido es la pura verdad y hasta en grado de inapelable.
Y lo cierto es que no todo lo se dice y se repite como verdad es compatible con la realidad del pasado o de algún momento de ella.
Así como el caballo blanco de San Martín ja-más existió y a Mitre nunca le pegaron un tiro en la frente hay tantísimas cosas que por los tiempos de los tiempos solo existirán en el imaginario popular. Claro que algunas mentas afectan el buen nombre y honor de personas que dificilmente puedan sacarse de encima esos motes durante su existencia y en muchos casos le dejan esa herencia a sus descendientes.
Los líderes políticos y sobre todo aquellos que gobiernan en sus comarcas durante muchos años, naturalmente en el ejercicio de ese liderazgo y de un extenso poder generan una imagen que es compatible con lo que hacen y también con lo que no hacen. Llega un momento en que todo lo que ocurre en la vida de ese lugar es obra y arte de ese caudillo. En el caso de nuestro pueblo ha tenido en algo mas de medio siglo dos casos testigos fieles de lo que afirmarmos. La era de ese gran líder que fue Alberto Ferrante y en la actualidad con la extensa vigencia de Juan C. Veramendi.
Qué cosas de las que ocurrían hace 40 o 50 años no tenían que ver con la voluntad de Don Alberto?. Y cuales de las que vienen pasando (de todo orden) en Ranchos en los últimos 30 años no son mas que la voluntad y el quehacer de Veramendi?.-
Si alguien va preso es porque Veramendi lo mandó «en cana».- Pero si a los pocos días la justicia lo dejó en libertad «es porque Veramendi lo soltó». Y si Atlético Ranchos ganó algún partido chivo, Veramendi «ablandó» al árbitro y si a fulano lo echaron del trabajo «será porque es contra de Veramendi» pero cuan-do consiguió trabajo de nuevo también es se-guro «que Veramendi lo acomodó».-
San Veramendi para todos y todas.
Entre estas largas historias repetidas en ultramuros hace años, está la supuesta protección que el intendente ahora de licencia le habría dado a determinadas personas autoras de diversos delitos. Nadie debe asustarse si decimos que no pocas veces algunos (y sobre todo en opositores) han repetido «lo defiende Veramendi»; «lo hizo zafar Veramendi» etc. etc.-
Ha sido un caso policial de gran suceso re-ciente con aristas dolorosas por haber afectado a una familia que, al margen de quien resultó imputado y sus responsabilidades o errores, ha gozado y goza de un gran respeto y con-cepto en la ciudad el que merece ser analizado. Porque además, puede afirmarse sin ningún temor a dudas que cuenta con una de las amistades mas profundas personales y relación po-lítica de larga data del citado dirigente el que ha venido a tirar por la borda la hipótesis de tales defensas, arreglos y complicidades de las que ha sido acusado tantas veces el gobernante ranchero.
Justo en momentos en que Ranchos tiene policía comunal en la que la primaria conducción es del municipio; cuando funciona una ayudantía fiscal a cargo de una ex funcionaria del propio Veramendi y casi hija política del mis-mo, una larga y minuciosa investigación que duró largos meses terminó con un allanamiento en un domicilio ligado a esta familia tan cercana a Veramendi y la detención del titular de la vivienda sin ninguna contemplación ni privilegio.
No fue difícil suponer el dolor y el impacto del caso para el intendente en lo personal. Tampoco nadie ignora de su asistencia personal a la familia con su contención a los seres queridos de quien resultó afectado por el accionar de la justicia, pero el que tuvo que ir a rendir cuentas marchó hasta una celda carcelaria. Y allí pasó por todas las instancias con el servicio letrado de un profesional de derecho que no tiene relación alguna ni profesional y menos política con Veramendi.
El caso es de pleno conocimiento público, pe-ro la falta de identidades de la información policial (ver página cinco) y el respeto que nos merece una familia tradicional, respetable, querida y que está pasando un momento ex-tremo nos libera de precisar mayores detalles del caso.
Pero además porque el objetivo es plantear: ¿Cómo se pudo llevar adelante una investigación de meses para terminar en los operativos citados si tal voluntad de proteger a sus amigos mas cercanos fuera tan real como se ha supuesto y afirmado durante años?.
Es intención poner de relieve este ejemplo que viene a desmentir al menos en parte tanta fama conseguida. Y que seguramente le alivia al veterano dirigente político el peso de ese mote de protector de implicados en delitos, justo en uno de los casos que tal vez mas le haya dolido en lo personal en sus mas de 30 años de trayectoria política y seguramente en el episodio que no hubiera querido jamas que ocurriera.
(Editorial publicada en la edición del sábado 04 de marzo de 2017 en TIEMPO de Ranchos)