El jueves pasado se cumplieron 6 años de la muerte del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner.
Pese a que los populismos son por naturaleza exageradamente necrófilos, este año se notó la clara evidencia que una mezcla saludable de sentido común, vergüenza y verdad ha comenzado la marcha por el camino del túnel.
Es como si de a poco, pero no tan de a poco, la gente ha comenzado a despojarse de ese artificio que intenta adjudicarle a la muerte virtudes que el muerto no tenía.
El cambio es saludable, no solo en el caso en cuestión sino en todos.
El paso de la vida a la muerte es un instante que nadie evitará, pero debe dejar de ser un baño de pureza que transforma en buenos a todos, más allá de sus actos y sus ideas.
Algo de esto debe estar haciendo nido en muchos de los que de buena fe creyeron el cuento kirchnerista y se sumaron mansamente a la columna de la imaginaria revolución conservadora.
Solo así puede explicarse algunas de las características novedosas que rodearon este aniversario.
En Santa Cruz se declaró feriado el 27 de octubre en homenaje al muerto al que se lo identificó como un héroe que dio su vida por la Patria como si fuera un émulo del granadero Baigorria que salvó a San Martín en San Lorenzo cuando en realidad murió de un infarto producto de su descuido personal en medio de una escena nunca aclarada formalmente por los certificantes del deceso.
Cada año la Legislatura santacruceña dedica una sesión a rendir homenaje al muerto con una competencia en extensión y argumento de los oradores que preparan con esmero lo mejor de que son capaces para la ocasión.
Esta vez, créase o no, la sesión de homenaje no pudo realizarse por falta de quórum.
Cabe consignar que la ausencia que impidió la ceremonia se debió a que faltaron diputados del Frente para la Victoria y el camporismo, porque la oposición no tiene número suficiente como para producir esta anomalía.
Faltó el mismísimo Presidente de la Cámara, Pablo González así como sus compañeros del FPVMatías Mazú, César Ormeño, Jorge Arabel y otros.
Ante la evidencia de la deserción el Presidente suplente del Cuerpo, José Boldovic, íntimo amigo de Kirchner, no tuvo más remedio que levantar la sesión por falta de diputados
En solo 6 años el ídolo no alcanzó a juntar su tropa.
Pero no fue lo único.
La Señora no ue al cementerio a visitar el mausoleo monumental que le construyera el hoy habitante del penal de Ezeiza, Lázaro Báez.
El día 27 un pequeño grupo de acólitos se arrimó al mausoleo como para ordenar las visitas.
En verdad, fueron más los ordenadores que los visitantes.
Ya no apareció ninguno de los notables de los Buenos aires como en otros tiempos, y solo algunos vecinos se acercaron.
Como un testimonio más del final, en el mástil de imponentes medidas que impactaba por su magnificencia, ya no lucía la bandera de 12 x 4 metros para el que había sido construido, sino que había una banderita chiquita de esas que visten las ceremonias en una escuelita rural.
Puede que mañana haya un poco más de gente para acompañar a la ex Presidenta en su nueva visita a los Tribunales de Comodoro Pi, donde deberá presentarse seguramente cada vez más seguido y cada vez menos acompañada.
La Verdad, otra vez, adelgaza la pasión, debilita los entusiasmos y pone las cosas en su justo lugar.
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