Cuando alguna circunstancia que se repite con idéntica periodicidad, al cabo de casi tres décadas de ellas sigue generando las mismas emociones, el mismo estado de ansiedad, iguales sentimientos y sobre todo las mismas ganas de disfrutarlo, es porque las razones que impulsaron la generación de aquella primera vez siguen intactas, tan vivas y sensibles como entonces.
Eso ocurre cada año cuando llega octubre y alcanzamos un año mas de vida con este semanario. Ya son 29 los que cumplimos hoy y lejos de sentir el cansancio del camino andado, ni siquiera nos parece estar acostumbrados a esto de sumar cumpleaños y habernos convertidos en adultos. Estos días previos con mucha mas actividad que la habitual, el contactarnos con nuestros auspiciantes, preparar alguna nota extra, dedicarle a nuestra genuina guía, la Virgen del Pilar casi todo este número, es un acto de renovación que nos causa las mismas cosquillas que hace 25, 15 o 5 años.
Es la misma adrenalina.
Esta vez, nos toca desde una dirección periodística, «un tanto renovada», solo un tanto, porque esta directora hace muchos años que se siente parte inseparable del medio como que llegó con él y por lo tanto, aunque con una dosis de orgullo que no debe disimularse, no hay una sensación de haber llegado a algún sitio especial de TIEMPO.
Y porque su fundador nunca se fue y no se irá porque con el medio son una misma cosa.
Por eso, aunque pueda el lector considerar que en esta dirección periodística que tiene su primer 12 de octubre hay algo novedoso, lo verdaderamente destacable es que no hay nada nuevo.
Hay alegría en el corazón como la hay en la mayoría de todos los rancheros que encontramos la razón mas valedera para sentirnos hermanados como nunca en esta celebración.
Naturalmente por encima de todas las diferencias aun las religiosas. Porque siendo el Día de la Virgen, el Día de María lógicamente es puramente católica, la dimensión que con el correr de los años tomó el 12 de octubre ranchero es convocante y superador de cualquier sectarismo o pertenencia.
Es algo así como el día de todos y cada uno de nosotros.
Y en tal sentido, este humilde medio que pudo llegar hasta aquí desde hace 29 años gracias al aporte de todos, con la misma emoción y las mismas ganas del primer día, se quita la tinta de las manos, se pone su mejor pilcha y se dispone a compartir con toda una comunidad el mayor acontecimiento del calendario ranchero. Y metidito en todo ello, este cumpleaños número 29 que nos obliga a ser mas agradecidos que nunca con todo este pueblo.
Gracias a todos. GRACIAS PILAR!!!
(Editorial publicada en la edición de TIEMPO de ranchos del 08-10-2016)