Pocos temas han sido tan reclamados, defendidos y hasta publicitados cuando se hizo algún anuncio en el gobierno anterior ligado a esto, como la radarización de las fronteras y la lucha contra el narcotráfico, pero dirigido a los verdaderos narcos y no contra los pibes de un barrio pobre, último eslabón de una cadena mucho mas grande y peligrosa. Tanto que la experiencia marca claramente que pueden llegar a apropiarse de la conducción de un país o de gran parte de su territorio.
Durante la última campaña electoral los candidatos Sergio Massa (el mas enfático e incluyendo ley de derribos de aviones), Mauricio Macri (hoy presidente), Daniel Scioli ( 49 % de los votos en el balotaje final) , Margarita Stolbizer y Adolfo Rodrgiuez Saa no pusieron reparos en la urgente necesidad de radarizar las interminables fronteras nacionales para « advertir el ingreso y/o salida de aviones clandestinos de nuestro espacio aéreo».
En el primer mes de gobierno de las nuevas autoridades, como advertencia de que no hay tiempo que perder en esta cuestión, el tema mas urticante que tuvo que resolver fue la fuga de una cárcel de máxima seguridad de tres delincuentes condenados a cadena perpetua, ligados al negocio del narcotráfico y relacionados con carteles internaciones de mucho peso. Tras la fuga el país estuvo en vilo por las dificultades que tuvo el estado con todas sus fuerzas de seguridad incluídas en volver a detenes a los prófugos, aún cuando estos ya estaban sin apoyos importantes y extraviados en los campos de Santa Fé donde finalmente cayeron en maniobras llenas de interrogantes y suspicacias.
El gobierno nacional, que asumió con la prioridad de acomodar el dólar y las retenciones y otras cuestiones económicas, rápidamente debió darse cuenta que por la seguridad y especialmente por la comercialización ilegal de drogas pasaba su primer tema de agenda. Y la experiencia mostró lo complejo que es y será esta lucha.
Pero si difícil es la pelea contra los millonarios intereses en juego, la sofisticación que cuenta hoy el narco y sus carteles, las facilidades que le han dado diversos gobiernos de latinoamérica ( y los nuestros incluídos) en nada ayuda – todo lo contrario – la hipocresía de un sector de la dirigencia nacional que bajo la apariencia de una inocencia fatal y de argumentos garantistas poco serios, se ponen en la vereda de enfrente de esta emergencia y esta lucha declarada del nuevo gobierno.
Y que quede claro: en la vereda de enfrente. En esa vereda están los enemigos a vencer.
Así de claro y contundente.
Procuremos ser claros y precisos: Radarizar las fronteras argentinas y que funcionen esos controles las 24 horas de todos los días del año implican una inversión en equipamiento, mantenimiento, personal especializado y otros items muy importante sobre todo en momentos de presupuestos cuando no flacos, raquíticos. Pero nadie en todo el arco político se atrevería a oponerse a esa inversión. Nadie lo hizo siquiera en el último tiempo del gobierno anterior cuando anunció la puesta en funcionamiento de algún radar. Ahora bien; Todos estamos de acuerdo con poner esos radares y poder controlar todo el movimiento aéreo fronterizo. Hecho esto, se supone pues que las fuerzas de seguridad comenzarán a registrar cuando un objeto volador no registrado y que no figura en las agendas de vuelos de ese lugar aparece en las pantallas ALGO HAY QUE HACER Y QUE NO SEA SIMPLEMENTE TOMAR NOTA Y DEJARLO HACER EL VIAJE, ATERRIZAR Y VOLVER.-
Bien. Qué es ese algo que se debe hacer?. En nuestra humilde opinión y también en la del gobierno nacional y del Decreto de Necesidad y Urgencia dictado y que deberá ir al Congreso cuando este comience su período, se establece que comunicado el avistaje, aviones de la Fuerza Aérea especialmente dispuesto para la tarea saldrán a encontrarse donde corresponde ( ESTO ES EN EL AIRE ) con la nave detectada. ¿ Qué deberá ocurrir entonces?.- Las Fuerzas de Seguridad con sistemas de comunicación debidamente monitoreados desde las bases, con sistemas de cámaras y grabación internas para que todo los pasos que hagan y todo lo que digan quede debidamente registrado, procederán a comunicarle al/los pilotos del avión clandestino que están violando las normas vigentes y que en primera instancia deberán identificarse, indicar destino y otras consultas. Hasta aquí no pareciera haber nada que objetar.
¿ Cómo sigue la operatoria?.- Una es si el avión abordado responde las consultas, da todas las respuestas y una vez chequeadas estas demuestran que hay un error administrativo, los responsables de toda la seguridad decidirán si el avión puede seguiir hasta su destino, seguramente monitoreado y controlado y una vez en tierra se labrarán las infracciones pertinentes. Bien ?.
La otra alternativa es que los pilotos no responsdan a la requisitoria e intenten maniobras evasivas y de escape. En tal caso, tras reiterar las órdenes para que se identifiquen y procedan a aterrizar en la pista mas cercana, el o los aviones que se sumen a la tarea realizarán todas las maniobras tendientes a cercar la nave para evitar la fuga y obligarlo a consumir combustible que terminará por llevarlos al aterrizaje y allí proceder al operativo que indique la justicia. La justicia.
¿ Pero si estamos hablando de grandes mafias y delincuentes, no cabe analizar otras alternativas en este punto?.- No debe un decreto y la letra de la ley que se apruebe pensar en que el avión perseguido intente desde la locura de chocar al avión que lo persigue ( ya lo han hecho con helicópteros de Gendarmería derribándolos) o que ante la proximidad obligada de los perseguidores, le disparen con armas largas ?.- ¿ Volvemos a preguntar: es posible pensar que esto ocurra ?.-
Y entonces en aquellos que pensamos que esta es una de las poibilidades quedan dos alternativas: escapar de la zona de fuego de los atacantes, mirarlos desde lejos hasta que estos crucen otra vez las fronteras argentinas y se vayan a sus lugares de origen. Nuestros pilotos regresarán a la base, se tomará nota del episodio y final para el mismo. Pregunta: este imaginario episodio con este final, terminará con el narcotráfico ? Dejarán de este modo de ingresar los 400 aviones que el año pasado entraron clandestinaente a la Argentina lo que da mas de un vuelo por día ? Evidentemente No. Pero hay algo mas: ¿ Podremos responder para qué se invierten millones y millones en radares, personal, equipamientos, aviones etc, si la avioneta que viene con la droga, entra y se va haciendo pito catalán, con la salvedad que en este caso al menos no aterrizó y no dejó la mercadería. Pero ni siquiera la perdió porque nadie se la decomizó.-
En este pasaje omitimos decir que una posibilidad es que al disparale a los aviones de las fuerzas, den en el blanco y derriben la nave y sus ocupantes. ¿ Se puede descartar esta alternativa? No.
Por lo tanto, la única y diferente alternativa es otorgar la facultad para que en este caso, las naves de nuestras fuerzas de seguridad ( o sea el estado nacional) pueda hacer como último recurso, uso de la fuerza y derribe al avión que ya hizo todos los méritos para dejar de volar.
A este letra con todos estos pasos, se la ha llamado vulgarmente « Ley de derribo» tratando de imponer la imagen de una ley para que nuestros aviones Pucará, Pampa u otros salgan a cazar aviones por el cielo nacional como si fueran pajaritos. Una dirigente que se considera seria y responsable y vive denunciando caso de narcotráfico como Margarita Stolbizer ha calificado este medida como un grave retroceso. Para ella hay que hacer todo lo citado, pero cuando el avión narco se ríe de todos y se va, hay que avisarle a la justicia para que abra un expediente. Si no fuera tan serio el tema, parece humor de Tato Bores, verdad ?.-
En un mundo, donde ya el terrorismo internacional se maneja con suicidas que se inmolan para cometer sus atentados, el prurito de un sector de la dirigencia nacional en nombre de proteger las vidas de aquellos a los que no les importa cuidarla es de una hipocresía insostenible.
Todo dicho en el contexto de lo relatado. Nadie podrá decir que en el proceso indicado no se toman todos los recaudos con las vidas de los clandestinos. Solo los propios pilotos de un avión clandestino decidirán si les interesa su vida o no. El/ ellos y nadie mas decidirán si acatan las indicaciones, aterrizan y se ponen a disposición de la justicia o intentan la ridiculez de escapar a aviones que están mucho mas capacitados para reducirlos. Ellos y nadie mas deciden sobre que hacer y como cuidar sus vidas.
El estado debe velar por las vidas de los millones de chicos y jóvenes que envenenan y conducen a la muerte estos mercaderes. Claro que hay vidas en juego en todo esto: la de uno o dos pilotos clandestinos (narcos); la de uno o dos pilotos de las fuerzas de seguridad y millones de argentinos sumidos en la enfermedad del consumo y a los que hay que ayudar y tratar.
Solo se trata de observar, escuchar atentamente y seguir a los dirigentes, legisladores y gobernantes argentinos para establecer claramente del lado de la defensa de la vida de quienes están. Y que no vengan con el margen de error y sus riesgos porque un país que legisla para las excepciones y elude la regla habitual es un país anormal.
Si estas voces, pretenden luchar a fondo contra el narcotráfico creyendo que es un cuentito de hadas y que no se juegan vidas en el medio, que traten de llamarse Alicia y se postulen en el país de las Maravillas. Aquí y ahora, sus posturas crítícas y sus pretendidos argumentos los ponen claramente en la vereda de enfrente de los que queremos ganarle a la droga antes que nos termine de ganar a nosotros. Y en esa vereda de enfrente, QUE LO ENTIENDAN Y NO SE VICTIMICEN DESPUES, están los grandes capos del mal.
(Editorial publicada en TIEMPO de Ranchos del 30-01-2016)