a campaña proselitista para las elecciones PASO nacionales están tocando a su fin y por cierto que en materia de propuestas, programas, ideas concretas y anuncios claros a la ciudadanía, no puede decirse que siquiera un candidato haya llamado la atención. Mientras que aquellos que según las encuestas – poderoso elemento este para los candidatos – están en lo mas alto de las preferencias de la ciudadanía, dicen que por estrategia deben «hacer la plancha», los otros mas rezagados, mientras denuncian a sus competidores por no decir nada, dicen menos que los otros o prometen todo aquello que puede prometer quien tiene la seguridad que nunca deberá demostrar que no sabe ni puede hacerlo, porque nunca llegará a gobernar.-
Entre unos y otros, la campaña se va yendo con diferentes maquillajes. Macri se estatiza un poco, Scioli viaja a Cuba para la foto con Castro y los candidatos de la interna peronista en la provincia solo se preocupan en cruzarse porque uno le robará las boletas al otro que a su vez es acusado de estar ligado seriamente al narcotráfico.
Con esos elementos, este domingo el ciudadano argentino concurrirá a las urnas a depositar su capital democrático mayor: el voto que comenzará el ciclo electivo que concluirá con un nuevo presidente, un nuevo goberndor y un nuevo período municipal, con el mismo o con otro intendente en el orden local.
«Tengo mil razones para no votar al candidato A…….., y ninguna para votar al candidato B» supo ser una célebre frase pronunciada por un conocido actor norteamericano ante las elecciones de hace unos años en su país.- Cabe pensar que no pocos argentinos estarán en la misma disyuntiva.
Pero resultaría un error reiterado esperar cambios en las posturas de los candidatos, mientras el cambio no provenga del otro lado del mostrador. Resulta increíble que cuestiones tan relevantes como la corrupción, el compromiso (o la falta del mismo) en la lucha contra el narcotráfico, la ausencia de transparencia en toda la administración pública, la carencia de controles, el manejo ( aprietes y designaciones) de la justicia, etc, etc, « no mueven el amperímetro de las en-cuestas» según criterios unánimes de los consultores.
Cuesta comprender por qué cosas deciden su voto los argentinos. Y entonces vale preguntarse: « ¿ Por qué causa van a cambiar sus estrategias los candidatos por cosas que nadie les reclama y que además, una vez en el poder los benefician?».- Interrogante que debieran plantearse seriamente los votantes.
Con un desparpajo total, el mismísimo gobierno nacional en la figura de su presidenta transgrede sin disimulo alguno las normas elementales del proceso electoral y anuncia por cadena nacional aumentos a los jubilados tres días antes de los comicios y con sus candidatos al lado en la pantalla, en un acto totalmente reñido con las normas vigentes.
No debiera extrañar entonces que en una ciudad vecina como Chascomús, en esta última semana se disputen los candidatos del partido gobernante en la nación por traer planes para jubilados, equipos para hacer documentos y cierren todo eso con grandes actos y hasta almuerzos para todos los jubilados, con fondos y en nombre del estado. En ese contexto, el municipio gobernado por otro signo político no escamoteó actos oficiales/campaña.-
Podría afirmarse: Total…., a quién le importa ?.-
Y es este el eje de la cuestión. « Si no le importa a la gente, por qué habría de importarle a los dirigentes ?».
Será cuando la sociedad se involucre en estas cuestiones y las ponga en las prioridades de sus exigencias, que son las que determinan su voto al momento de las urnas, cuando los candidatos impongan esos mismos temas en las propuestas elec-torales.
Hasta tanto algunos candidatos les seguirán hablando de la continuidad con cambios, los otros de cambios sin continuidad y otros sacarle todo lo malo que le pasa a la gente de la noche a la mañana y cambiarlo por la panacea.-
Y ellos se llevarán los votos y los gobiernos.Mientras los ciudadanos que al fin y al cabo son los que arman la agenda, terminarán siendo las víctimas de sus propias negligencias de las que livianamente acusan a los candidatos.
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