Tendrá conciencia la dirigencia política argentina del grado de desprestigio que ha alcanzado; de las cosas que cotidianamente se dicen, se hacen y se demuestran; de lo que son capaces de producir con esfuerzo sumo, para las bajezas mas aberrantes y en otros casos para pelear por la nada misma ?
Tendrá conciencia esa misma dirigencia que mientras hacen todo esto dejan de hacer aquellas cosas que la gente espera ansiosa y justificadamente de ellos ?
Serán conscientes, que cuando mas se los conoce, porque mas se exponen en las campañas electorales, es mucho mas fácil darse cuenta que no tienen límites a la hora de mentir datos, distorsionar información, transgredir leyes, armar operaciones al adversario a cualquier precio, utilizar los recursos del estado
( nacional, provincial y/o municipal) en favor de sus aspiraciones y en contra de otros que tienen tantos derechos como ellos a esos recursos porque también son de ellos ?.
No debiera ser un disparate que un análisis serio, concienzudo, puntilloso y exigente de los comportamientos de cada candidato en la previa de cada acto electoral llevará a la terrible conclusión de que ninguno ha pasado la evaluación y que el gran sobe-rano debiera aplazarlos y mandarlos a todos a marzo?
En un país que vive transgrediendo normas, desde la mas elemental que es atravesar un semáforo en rojo hasta las mas trascendentes como es desplazar al juez de cada causa que le moleste al que gobierne, sin que a nadie le importe que esa causa (esas muchísimas causas) terminen sin fallo que condene o absuelva a los denunciados y todo siga como si nada; en ese país, decimos, ninguna época es tan propicia como la anterior a las elecciones para mostrar las peores miserias, los mayores dislates, los egoísmos mas evidentes, las bajezas mas delesnables.-
Y entonces, así como a nadie le importa que a la hora de analizar lo mejor para representar a un sector de la sociedad que se los reclama, dirigentes como Mauricio Macri y Francisco de Narvaez, hayan zan-jado ( o al revés, no resuelto) sus diferencias porque entre ellos hay una historia personal de una novia disputada o algo así. Y al diablo con lo demás, tampoco vale que otro protagonista de la definición presidencial como Sergio Massa, luego de obtener su triunfo en las legislativas de 2013 nunca (NUNCA) se acordó de nombrar al PRO como integrante de su espacio y naturalmente como una de las fuerzas que lo ayudó al triunfo. Y ahora, hace tiempo que se olvida del gobierno, del que se dice opositor para dedicarse pura y exclusivamente precisamente al que se olvidó de nombrar durante un año y medio.
Y mientras tanto: la presidenta de la nación lleva TREINTA CADENAS NACIONAL (Siiiiiiii 30) en lo que va del año, entre otras, la que realizó hace algunas horas en el sur para hacer campaña para su hijo Máximo y su cuñada Alicia en su provincia como candidatos del Frente para la Victoria.
Y mientras tanto, una causa judicial mas – y van……- como la que involucra a ella misma y su familia por un supuesto mal manejo de dinero con posible lavado y corrupción, como el de los hoteles de la familia presidencial, en un abrir y cerrar de ojos, echa al juez natural por el mero hecho de investigar como ocurrió con todas las causas que tienen como denunciados a funcionarios y gobernantes – llámense Jaime, Milani, Boudou, Baez, De Vido, etc. etc -.
Si cuando ocurren estas cosas, los que dicen tener mejores ideas y mas respeto por las normas, no son capaces de unirse y plantarse frente al gobierno y mostrarle a la sociedad que esto no lo harán en un gobierno de ellos, pero que tampoco lo permitirán con otros, y solo les importa si Macri cambió el dis-curso sobre YPF, y que las encuestas mienten (¡ Qué novedad han descubierto todos !), y que en la oposición están los que le quieren ganar al gobierno, pero se pelean mas entre ellos que con los que dicen ser sus adversarios, esta dirigencia en general no solo no tiene el respeto y la admiración que hace falta para votarlos.
No merecen ese voto.-
La vivido el domingo pasado en la ciudad de Buenos Aires, con un candidato joven, emergente, considerado inteligente y prometedor como Martín Loustau no puede ser ignorado por la gran sociedad.- Su comportamiento público tras el resultado electoral, alentando y siendo el vocero de la descalificación al adversario – que además le ganó los comicios – acompañado luego por una lectura de dicha elección mas propia de Heidi que de adultos mas o menos inteligentes, lo ubica en un lugar que lo desmerece y le hace retroceder varios casilleros. Haber sumado en un balotaje, sus votos de la primera vuelta mas todos los del candidato del gobierno nacional que quedó eliminado de esa segunda vuelta, en realidad no requiere mayores lecturas, ni análisis de grandes sociólogos y tampoco – a nuestro enten-der puede aludirse a mérito alguno, mas que el de ser quien podía vencer al adversario común en las nacionales – y sin embargo hoy se siguen hablando de lo que fue capaz de conseguir en dos semanas el joven ex candidato a jefe de la ciudad. Tan convencidos estamos de esto que si en lugar de dos semanas, la elección hubiera sido tres días después de la primaria el resultado hubiera sido mas o menos el mismo.
Porque 26 mas 22 da 48 el 6 de julio o el 19 de julio. Así de sencillo.
Por cierto, que al lector pueden parecerle sesgados estos ejemplos. Y seguro tiene razón. Son los primeros que nos aparecieron al escribir a mano alzada este editorial. Lo que no podrá negarnos ese mismo lector es que hay muchos mas en todos los sectores. La interna del partido gobernante en la ciudad de Buenos Aires fue una kermesse de estos ejemplos. Massa explicando que Macri no sabe construir, cuando él se quedó en tres semanas casi sin tropa que se le fue al oficialismo que dice enfrentar, es de Tato Bores. Y así, con todos, incluyendo a Stolbizer y su manifiesta disposición a dedicarse al resto de la oposición mas que al que dice querer vencer.-
Menos mal. Entre tanta parafernalia de insensateces, de descalificaciones y patrañas carentes hasta de una pisca de humor – como diría Jorge Asis -, en medio de todo eso, está Anibal Fernandez.-
Menos mal.
El jefe de gabinete y aspirante serio a gobernar la provincia de Buenos Aires, al menos trae temas y consideraciones tan valederas y esperanzadoras como afirmar que las elecciones de 2009 no las ganó la lista que encabezó De Narvaez y que en realidad ganó Néstor, pero algunos votos del desaparecido ex presidente no se contaron.
Al fin alguien que plantea un tema merecedor de ser tratado en la campaña. Y un poco de alegría.
¿ O acaso va a negar que Anibal, de vez en cuando no le arranca una sonrisa ?
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