Al momento de escribir estas líneas, se descontaba que el actual ministro del interior de la nación luego de largos meses de campaña como precandidato a presidente (el mejor ha dicho diariamente el pseudo periodista Brancatelli) acompañado en gran parte de esa campaña por la mis-mísima presidente argentina, aceptaría encabezar la fórmula única de precandidatos del oficialismo para gobernar la provincia de Buenos Aires. Hecha la debida aclaración de la absoluta pertenencia personal que Florencio Randazzo tiene con la provincia, pues es hombre de Moquehua, en el partido de Chivilcoy, vale tener en cuenta que desde hace un año, el hombre de los trenes no paró de repetirnos a los argentinos ( y en este caso a los bonaerenses) que «seré presidente o nada» dando sobradas mues-tras de su desinterés por gobernar estas tierras, don-de habitamos nada menos que el 38 por ciento del padrón electoral del país.- Si algo mas hace falta y para mas contundencia, se hizo público su pensamiento, hecho en voz alta ante muchos miembros de sus equipos que «Buenos Aires es ingobernable, sobre todo después de la gestión Scioli», hombre al que deberá acompañar y promover para presidente de la República de aceptar la candidatura.
Pero todo habría cambiado en alrededor de dos horas de « charla» en la tarde del miércoles con la Dra. Fernandez de Kirchner que una vez mas mostró una particular «capacidad» de convencimiento para hacer que el ministro del Interior se olvide de sus promesas, sus aseveraciones y hasta se decida a hacer una intensa campaña junto a Scioli, todo
«para que el proyecto no quede manco» como ironizó no hace mas de un mes, en clara – pese a sus desmentidas- alusión a su candidatoa presidente de ahora.
Hasta aquí, todo parece ser un crítico vistazo del panorama bonaerense que ofrece el oficialismo. Que al fin y al cabo sería un serio problema y un juego de contradicciones para quienes adhieren a esa fuerza política y que podrían resolver en el marco de la libertad para decidir sus votos y optar por otros.
Pero…….
Unas horas antes, otro serio aspirante a la presidencia como es el PRO de Mauricio Macri, hizo conocer su fórmula para gobernador y vice. Y como si las cosas básicas que debe ofrecer un candidato, como el conocimiento pleno del territorio a gobernar y de sus habitantes; de sus problemas y de como enfrentarlos y superarlos; de su gente, sus dirigentes, etc., no importaran, el anuncio dió a conocer que la actual vicejefa de gobierno de la ciudad de Buenos Aires encabezará la misma, lo que no fue una sorpresa pues hace tiempo que había lanzado su campaña. Pero como si la debilidad territorial de María Eugenia Vidal fuera poca cosa, le adosaron a la fórmula a Cristian Ritondo, hasta hace un mes precandidato oficial a jefe de gobierno porteño para las próximas elecciones, postulación que finalmente descartó para sumarse a Rodriguez Larreta.
¿ Puede una fórmula «bien porteña» ser la mejor opción que podía ofrecer este espacio polìtico, en clara muestra que en todo el largo y ancho de esta provincia no hay dirigente capaz de afrontar esta responsabilidad mejor que los citados?.
Y habrá que buscar por otro lado, dirá el lector.
La tercera fuerza con significación en las encuestas y en los cálculos previos, es la que lidera el tigrense Sergio Massa. A menos de tres días del vencimiento de los plazos finales para inscribir candidaturas, no se sabía de la conformación de la Junta electoral de ese partido, el organismo partidario que debe encargarse de autorizar TODAS las listas de legisladores nacionales por la provincia, los de cada sección y las listas distritales que en algún caso
(Chascomús por ejemplo) son tres para la interna abierta.
¿ Es serio armar esto 48 horas antes del plazo de cierre ?
Nadie desconoce, que como hace dos años, Massa podría hacer algún anuncio en los minutos finales del plazo. Esto es alguna alianza que modifique este panorama y aparezca en su lugar alguna fórmula mas «bonaerense». Habrá, en ese caso, que pedirles que se apuren a conocerse y al menos enterarse que piensan uno y otro integrante de esa fórmula como para ponerse de acuerdo en decir mas o menos lo mismo.
En fin. La provincia de Buenos Aires y mas concretamente los bonaerenses ya debiéramos decir basta al manoseo y desprecio que electoralemte nos dedican los partidos polìticos nacionales. ¿Cómo seguir asombrándose de lo que ocurre políticamente con provincias como Chaco, Formosa u otros estados chicos, si Buenos Aires es blanco de esta realidad ?.
Esta es la provincia que ya tuvo de gobernador a Ruckauf que pasó poco por estas tierras y gobernaba por control remoto. Lleva ocho años el actual gobernador que hasta un mes antes de ser proclamado candidato a ese cargo se jactaba de ser « hombre del Abasto» y aseguraba que administraría la ciudad de Buenos Aires, su lugar en el mundo.
Repetimos: estas líneas se escriben cuando aún hay tiempo para cambiar algunas de estas cosas en cuanto a nombres. Pero el manoseo ya no se podrá cambiar.-
Los bonaerenses, aquellos que con Mitre demoramos siete años en sumarnos al resto de las provincias, pareciera que deberemos pensar en volver al pasado. Es indigno lo que ofrecen los grandes políticos argentinos en este tema. Cosa que ratifican cuando llegan al gobierno nacional y mucho hacen por agudizar la dependencia económica de la provincia del gobierno central para «atar» mas y «clientilizar» a millones de argentinos en muchos casos hacinados en esa urbe que es el conurbano al servicio de sus «regalías» electorales que les llena las urnas de votos y a 18 millones de argentinos/bonaerenses cada vez mas de angustias y necesidades.
Claro que suena a imposible. ¿ Pero a nadie se le ocurrirá algún día iniciar el difícil, largo, complejo y hasta utópico camino del partido político de Buenos Aires? O mejor dicho: de los bonaerenses. Y que el resto siga peleando por el gobierno central.
El 38 por ciento del padrón del país, no la pasaríamos tan mal si los esperáramos sentados « en nuestra provincia» a que vengan a decirnos y cumplirnos de una buena vez la solución a nuestros cada día mas graves problemas.
NOTA: Finalmente el Ministro Randazzo no aceptó la candidatura, este editorial fue escrito antes de ese anuncio.