La Política y los políticos parecen haber dado la orden: ¡ disparen sobre el votante!
Puede parecer razonable que la inminencia de las fechas comiciales tensen los nervios y alimenten la imaginación de los candidatos y el séquito de especialistas en asuntos vinculados con el manejo de las estrategias electorales que los rodean.
Pero la intensificación de la cantidad no necesariamente debería traer consigo la declinación en la calidad de los movimientos.
Lamentablemente todo indica que seremos víctimas de una sucesión de excentricidades más preocupadas por brillar que por alumbrar.
La reiteración de las cadenas nacionales de la Presidenta es un elemento que conduce al hartazgo.
Sirve apenas para verificar una vez más que para este Gobierno la Ley es una persiana que puede abrirse o cerrarse a voluntad.
El Art. 75° de la Ley de Medios dice que sólo en situaciones “graves, excepcionales o de trascendencia institucional” podrá utilizarse la cadena.
La Presidenta ni se da por enterada y ya lleva 17 griteríos de su estilo por ese medio.
Las mediciones del rating dicen que la audiencia se viene abajo porque a nadie le importa un agravio más, una lágrima más o un recuerdo de “él” más.
Como a ella tampoco le importa la gente, seguiremos siendo platea obligada del espectáculo.
Mientras, en una lista de candidatos del Frente para la Victoria de Capital aparece un ciudadano muerto hace 18 años.
Han superado a los conservadores, que en la década infame le decían al votante “vos ya votaste”.
Los intelectuales del oficialismo se ríen cuando un candidato agrede a un competidor haciendo referencia a una discapacidad física.
Tan intelectuales no han de ser y festejando la burla de una discapacidad ajena exhiben su propia discapacidad que no llama a risa sino a lástima.
En su discurso de inauguración del Centro Cultural en el ex edificio del Correo Central la Presidenta dice que “va a seguir respirando” pese a que algunos quisieran lo contrario.
Se equivoca, porque lo que todos queremos es que siga respirando para que pueda tener tiempo para pasar por los Tribunales de Justicia cuando vuelva a ser tan sólo una abogada exitosa y una hotelera destacada.
En medio de este clima, no suena raro que los tres candidatos que aparecen al tope de las encuestas hayan pasado por la carpa de Tinelli.
En un espectáculo lamentable, los tres se sometieron mansamente a la astucia comercial del conductor y compitieron en la carrera de ver cuál es más tonto y menos prejuicioso.
Hasta llevaron a sus mujeres para completar la escena supuestamente divertida de ver como los imitaban y cual de ellas estaba mejor vestida por fuera y mejor rellena por dentro.
Aún tienen tiempo, pero habrá que ver si tienen ganas.
Porque lo que necesita la sociedad es haber cómo harán para revertir la crisis, qué harán con los miles de empleados que han copado la estructura del Estado, cómo harán para que no prescriban los delitos de corrupción y todo lo que requiere una Nación desbastada.
No hay dudas que la gente siente una intensa vocación de cambio.
Los candidatos deberán comprender que para encarnarla tienen que ser claros y serios.