En el acontecimiento mas relevante de las relaciones internacionales del planeta en este año 2015, que tiene absolutamentre asegurado el podio del calendario, acaban de darle forma real a la reapertura del diálogo entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba sus presidentes Castro y Obama poniéndole fin así a medio siglo de tensiones, bloqueos, amenazas y fundamentalmente, situaciones muy difíciles para disidentes isleños que en cientos de casos sufrieron y hasta murieron en cárceles como presos políticos y en otros miles murieron en frustrados intentos de esca-pe clandestinos y de las formas mas rudimentarias en procura de las costas de los Estados Unidos.
Del otro lado, las sanciones económicas del «imperio» en cinco décadas no han sido fáciles de soportar por el sufrido pueblo cubano, sobre todo a partir del derrumbe soviético que sostuvo por algunos años al régimen castrista.
Cuba y Estados Unidos han significado la relación mas peligrosa y distante del mundo occidental. Gran parte de lo conocido perteneció al mundo real. Muy poco fue ficción.
O fuegos de artificio. El espionaje, los sabotajes, la intromisión, la alimentación ideológica en América latina que siempre tuvieron en Cuba su referente, han sido a lo largo de los años un almácigo que seguirá dando ramas por mucho tiempo.
Sin embargo, han sido capaces tras una negociación de no tanto tiempo de acercar distancias, encontrarse sus máximos líderes y hacer de la última cumbre de las Américas el sitio en donde rubricar este acontecimiento que debe alegrar a la humanidad.
A los argentinos el hecho nos toca muy de cerca y con alto beneficio de inventario por un lado. Pero nos toca también por otra faceta, menos prestigiosa.
Tanto el presidente Castro como su par Obama, apenas alcanzado el primer convenio de diálogo destacaron con todas las letras el rol decisivo que le cupo en este reencuentro al Santo Padre, el argentino papa Francisco. Ha sido el ex cardenal Bergoglio el artífice de la recuperación de una relación que parecía condenada al enfrentamiento por los tiempos de los tiempos, con los naturales beneficios que recibirán por la nueva situación miles y miles de semejantes, sobre todo en la bella isla centroamericana. Desde servicios, tecnología, comunicaciones, intercambio con el mundo hasta formas mas libres de vivir y comportarse comenzarán a regir en Cuba.
Y un argentino pasará a la historia por haberlo logrado. Vaya motivo de orgullo para todos, lo obtenido por el santo Padre Francisco.
Pero también nos toca a los argentinos, lo hecho y dicho por la presidente Cristina Fernandez en esa cumbre de estados americanos. ¿Cómo no esperar de su presencia y sus palabras allí, un eje puesto en resaltar lo que siente el pueblo argentino por el rol del papa en el hecho absolutamente destacado de la cumbre?. ¿Cuándo un presidente argentino tendrá las condiciones que ha tenido la primera mandataria en esta edición, siendo la representante de todos los argentinos, incluyendo de alguna forma al propio Francisco, que nunca dejará de ser un ciudadano nacido aquí?
Era, como poder sentarse una vez en el ámbito de la política mundial en el podio mayor. ¿ Para qué ? podrán preguntarse muchos. ¿Para la foto? consultarán otros algo incrédulos.
Se nos ocurre a nosotros que era una gran puerta para «ayudar» a posibles y futuras conversaciones por nuestro gran karma que es Malvinas. Jugar en la misma línea que tiene hoy Francisco, mirado, seguido, observado por todo el mundo.
Hoy el gran artífice de las recuperadas relaciones nada menos que de los Estados Unidos con uno de sus mas antiguos adversarios.
¿Pero que ocurrió en realidad ?
Mientras todos mostraban que comprendían perfectamente cual era «el protocolo» de la Asamblea, con dos extremos como Obama y Castro en el centro de la escena y hasta con el polémico y excéntrico presidente venezolano Nicolás Maduro dejando de lado sus habituales diatribas para extenderle la mano al presidente Obama. alguien debía poner la nota discordante. ¿ Y quién fué ese/a presidente ?. Claro que si: la presidente argentina Cristina Fernandez.
En el lugar menos propicio. En el momento menos indicado. Donde era absolutamente obvio que no en-contraría a nadie capaz de acompañarla siquiera con un gesto, ella decidió ( sin razón diplomática alguna a la vista o a lo sumo por minucias de polítiquerías internas criollas) convertirse en la querellante del presidente Obama. Fue por todo contra el presidente norteamericano que pasó en esta edición por el mejor momento de relaciones que haya tenido un par suyo en la historia de esta cumbre.
Nada de destacar a Francisco. Nada de acompañar el clima festivo, de paz, de reencuentro que reinaba.
La presidente debía confrontar. Y cual El Quijote arremetió contra lo que decía ver y cuanto fantasma imaginó. Claro que antes, para no pasar desapercibida fue la única en faltar a la audiencia previa de recepción de mandatarios (arguyendo como siempre alguna indisposición) y luego – un detalle menor, pero muy visible – luciendo anteojos de sol en toda la asamblea que naturalmente se realizó en ámbitos cerrados y en algunos casos en horarios nocturnos.
Claro que nada empañará la gestión de Francisco, ya instalado en la historia por este logro. generosamente reconocido por Cuba y Estados Unidos ( no debe olvidarse el rol de Obama en la elección de Francisco como Papa). Pero tampoco se pueden pasar por alto los gravísimos desaciertos que la diplomacia argentina ha mostrado y sigue mostrando a lo largo de la historia.
Recurriendo a un axioma futbolero que recuerda los consejos de un técnico al arquero de su equipo previo al partido: « Por favor: las que van arriba si no podés no las saques; las que van abajo lo mismo. Los disparos fuertes si no podés, que sean goles. Y los tiros a los costados también….., pero POR FAVOR, las que van afuera no las metas».-
El accionar de la presidenta en una Cumbre de alto impacto en el mundo de las relaciones de los países del mundo, pareció necesitar de aquellos consejos. No necesitaba mucho para lucirse y aprovechar el contexto. Y terminó metiendo adentro de nuestro arco hasta las que iban afuera.
Algunas muy lejos de los tres palos.
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