Como ha sucedido otras veces, hay que comenzar aclarando que esta columna está siendo escrita en simultáneo con las deliberaciones de la Convención Nacional de la U.C.R. en Gualeguaychú.
Por esas cosas raras que suele tener la Política la reunión del máximo organismo del viejo Partido ha pasado a tener una promoción exagerada.
Como fuera dicho la semana anterior en este mismo espacio, la U.C.R. ha perdido vigencia y posiblemente su única presencia residual sea la existencia de un local partidario en cada ciudad y pueblo del País.
Esta visión catastral de la Política no alcanza objetivamente para esperar una resurrección mágica de los viejos logros.
Hay que tener en cuenta que el domingo pasado no se pudo llevar a cabo la Convención Provincial en la ciudad de Arrecifes precisamente porque los convencionales que viajaron no alcanzaron el número mínimo exigido.
Los responsables de la conducción no se hicieron cargo y siguen en sus puestos de fantasía como si nada hubiera pasado.
La reunión de ayer en la ciudad entrerriana del Carnaval habrá convocado a hombres y mujeres de todo el País que, pese a su buena voluntad que no puede ponerse en duda, no es representativa del estado actual del viejo Partido.
Cuando fueron elegidos jamás pensaron tener en sus manos la decisión vital de elegir qué hacer frente a esta realidad.
Como siempre ocurre, son unos pocos los que manejan a otros también pocos, y entre ellos se libra la batalla puertas adentro que afuera no mueve el amperímetro.
Los medios de prensa han informado de la persistencia de tres posiciones.
Una, prefiere elegir un candidato propio.
Otra, ha optado por asociarse con un ala kirchnerista, la de Sergio Massa.
El impulsor de esta línea de pensamiento es el Senador jujeño Gerardo Morales, que en ejercicio de un federalismo inorgánico cree que así puede ser Gobernador de la Provincia sin que le importe dejar al País en manos de la continuidad del kirchnerismo.
La tercera opción, liderada por otro Senador, Ernesto Sanz, plantea competir en las PASO con Macri.
Lo que deben saber los señores Convencionales es que elijan lo que elijan adentro, afuera la gente ya decidió que hacer.
El escenario político que tenemos frente a nosotros es demasiado claro como para que especulaciones de sector puedan interferir en la decisión del ciudadano.
El Peronismo tiene dos caminos para seguir haciendo lo que está haciendo desde el 2003.
Uno, el que podría marcar Scioli.
Otro, el que aspira a conducir Massa.
Frente a este espectáculo sólo Mauricio Macri muestra un camino distinto.
Podrá ser mejor o peor, (eso lo veremos), pero tiene la certeza de ser distinto.
La Política sin poder, es una cáscara hueca que irremediablemente termina mal.
El acceso al Poder, por el otro lado, impone a veces requisitos de audacia y valentía que hay que correr.
La ideologización a la que somos a veces exageradamente adeptos es un lujo que no podemos darnos por ahora.
En medio de la tormenta, el barco debe llegar a puerto seguro.
Ya habrá tiempo para repensar y reelaborar estrategias finas y perfeccionistas.
Es evidente que los dirigentes de la U.C.R. se han quedado sin dirigidos.
La gente, que acompañó en su momento a ese Partido no se siente motivada por su prédica actual.
Los radicales que seguramente serán elegidos Gobernadores, Intendentes, Concejales, Consejeros Escolares o Legisladores lo serán por su condición de buena gente y no por su pertenencia partidaria.
Hay que admitir que el hecho de que el Partido Político fundado por Alem haya cumplido 124 años no significa necesariamente que vaya a cumplir 125.
La lista de ausencias es larga y no significa otra cosa que el ejercicio de la inexorabilidad del final.
Así le pasó al Autonomismo de Valentín Alsina, al Partido Conservador, a la UDELPA de Aramburu, al Partido Intransigente del “Bisonte” Alende, a la UCD de Alsogaray y a tantos otros.
Aunque pueda resultar irrespetuoso con tantos argentinos castigados en Córdoba y Tucumán por los desbordes aluvionales de los ríos y arroyos de montaña, hay que comprender que la voluntad soberana de la gente también busca, como el agua, la forma de expresarse y si el camino posible es nuevo lo transita sin dudas ni añoranza de antiguas acequias taponadas por repetición de nombres, de métodos y vicios.
Si los deseos de cambio conducen a la figura de Mauricio Macri, no hay razón valedera para abstenerse.
Lo otro, en sus dos versiones, hace tiempo que Gobierna y así nos va.
El Peronismo ha superado hasta ahora a sus competidores por su vocación de Poder, lo que les permite juntar a López Rega con Firmenich sin ponerse colorados.
Se dicen ahora de izquierda y progresistas pero gobiernan desde Puerto Madero y cobran impuestos al sueldo.
Que los radicales discutan en Gualeguaychú.
Que la gente actúe con audacia y sentido de responsabilidad.
Si queremos competir en serio hay que subirse a un auto en condiciones reales de funcionar.
Ya quedará tiempo para el lujo de imaginar reconstrucciones de dudosa aunque no imposible factibilidad.
Aquel anuncio de “traje a rayas” del discurso de asunción de Néstor Kirchner puede ser, para bien de la República, una profecía autocumplida.
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