De acuerdo a versiones procedentes de muy buena fuente, el gobierno nacional lo mas discretamente posible se habría sacado de encima un peso que se estaba tornando insostenible para el kirchnerismo que, mas allá de defensas ocasionales y eufemismos pour la galerie, en sus filas hace tiempo tenía claro que no había mas lugar para él.-
Por eso, mas allá de idas y vueltas y tras tenerlo un tiempo en stand by, el ruido del mundial de fútbol primero y la atención concitada por la fallida negociación con los bonistas acreedores llamados holdouts generó el contexto ideal para producir los cambios.
No puede decirse que « se hayan deshecho de él» porque mas allá de las diferencias y distancias que se han creado entre su figura y el gobierno nacional, por un lado como dice la canción sobre el sol, «él siempre está» y fundamentalmente porque el costo político a pagar puede ser demasiado alto para un gobierno que se encuentra en la etapa del «pato rengo» , como llaman los americanos al lapso de retirada de todo período de gobierno que termina.
Los informantes coinciden en que le habrían encontrado un lugar apropiado en Mar del Plata, ciudad balnearia, pegada al mar y que de alguna manera es como volverlo a sus orígenes. A su lugar en el mundo.
A esta altura, cuesta pensar que quienes impulsaron su llegada a la Casa Rosada lo hicieron convencidos de estar haciendo un aporte a la Patria, a la historia del país y al gobierno de turno.
Es que esos impulsores creyeron ver en esta figura, la imagen de un visionario, que comprendía la dimensión del mundo todo como nadie. Que supo en su momento «poner huevo» como comúnmente alienta la tribuna, que además supo conquistar «el otro lado del charco» y vaya si eso es importante para cualquier proyecto.
No fue ningún disparate – para esta gente – impulsar ese arribo, pero el tiempo se encargó poco a poco de mostrar otra realidad. Y así lo entendió el gobierno cuando dispuso soltarle la mano y esmerilar su base hasta hacerlo caer.
Ahora, las mismas fuentes dicen haberlo visto quebrado. Casi destruido buscando refugio en la costa atlántica.
Mientras tanto la justicia seguirá con su causa, con expedientes que se apelan, duermen, se reactivan y nunca tienen sentencia firme que se cumpla.
De esta forma, al menos por ahora pareciera terminar este capítulo del monumento a Cristóbal Colón – a él nos referimos – que fuera donado por una parte de la comunidad italiana a la Argentina para que se levantara en la plazoleta que da espaldas a la Casa Rosada en Buenos Aires y que el actual gobierno, aún desoyendo medidas cautelares de la justicia decidió bajar del pedestal y « sacarse de encima» al descubridor de América que por cierto parece haberle resultado, como ya se dijo, una mochila demasiado pesada para la gestión de la presidente Cristina Fernandez.-
Todo indica que con algunos daños importantes, la pieza arribó a Mar del Plata donde no se sabe bien donde terminará.
Y a propósito de Mar del Plata, cerrando de modo informal un editorial con una noticia, que está lejos de ser opinión, vale decir que continúa en sus funciones e instalado en los pedestales a los que supo llevarlo la misma presidente Cristina Fernandez, el vicepresidente Amado Boudou.
Aunque con razón el lector se pregunte que tiene que ver este final con el contenido de toda la columna.
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