Para quienes busquen ideas en las voces de los candidatos para las elecciones que vienen, la tarea no ha de ser fácil.
Si lo que se pretende es alguna respuesta liviana, alguna acusación pesada o una generalización abstracta, la tarea a de ser bastante más accesible.
Como en general salvo la excepción de las tres listas que competirán en Capital Federal en el terreno de la centro izquierda la lucha es sólo un entrenamiento para ver como están ubicadas por ahora cada fuerza, el panorama aparece más para el lado de la confusión que de las certezas.
En verdad, el cuadro es más una confrontación interna del peronismo que una lucha entre partidos.
Precisamente la desaparición de los Partidos Políticos impide una exhibición clara de las ideas de cada grupo.
Para colmo, casi todos se llaman “frentes” como un aporte más a la confusión general.
En verdad el único que se muestra tal cual es, es el Gobierno.
Es más, parece que la cercanía de las urnas y la presunción que de la mano de ellas se quema el rancho lo han puesto más torpe y más auténtico en su carencia de idoneidad.
Un ex Secretario de Estado prófugo de la Justicia, un General puesto al frente del Ejército con antecedentes de represor durante la dictadura más las declaraciones del Secretario de Seguridad diciendo que no sabe como despejar un corte de calle sin violencia son muestras al desnudo de lo que son desde el primer día, como para que los que se confundieron despierten de su sueño y vuelvan en sí.
El papelón de la política energética que transformó la supuesta épica nacionalista de la recuperación d YPF en la vergonzante incorporación de unas monedas por parte de una empresa norteamericana muestra que ya no hay más fuerza ni para simular que las banderas más nobles no se arrían.
En medio de este panorama, la aparición de un candidato del mismo palo los ha dejado gélidos.
El Intendente de Tigre, que de él se trata, es un bañista que hace la plancha en el medio del río.
Las encuestas dicen que por ahora no le va mal.
Pero hay que avisarle que es precisamente en el medio del río donde la correntada es más fuerte y la profundidad mayor.
No vaya a ser cosa que intente hacer pie y se de cuenta que no puede.
Su lista de candidatos es una ensalada agridulce de dudosa digestión.
Por ahora sus temas son las camaritas de televisión, la organización de espectáculos artísticos y deportivos, la limpieza de las calles y el arreglo de las plazas.
El País tiene otros problemas.
Hacen falta definiciones claras y contundentes.
No se puede ser opositor y oficialista a la vez.
Es cierto que un muchacho que va cantando queda bien, pero hay exigencias que no pueden soslayarse.
Los que marchan por las orillas son más claros.
Y de esta oscuridad de diez años se podrá salir con la luz de soluciones fuertes, posiblemente dolorosas pero indispensables para poner orden y terminar con un gobierno conservador en su esencia y farandulero en su forma.
Nunca la política fue para los débiles.
Menos ahora, cuando el fin de un ciclo nos acerca a la realidad que escondieron detrás de estadísticas falsas y negociados millonarios.
Historias relacionadas
17 de abril de 2024
17 de abril de 2024