En una entrevista televisiva grabada hace pocas horas con la secretaria de Acción Social de la Municipalidad local, que se emitirá en la pantalla el próximo martes se conocieron detalles de la asistencia que brinda el municipio a través de esa cartera y la magnitud de la demanda de la sociedad ranchera en medio de esta crisis.
Mientras Rita Castro suministraba algunas cifras y datos, el estudio de grabación se llenaba de estupor y hasta el periodista pedía que se repitieran algunas cifras para confirmar que no se trataba de errores.
Es que si hay una comarca que aparenta no tener grandes problemas extremos, esa es Ranchos. Esta ciudad con muchas de sus carnicerías luciendo sobre todo en la llegada de cada fin de semana colas de clientes que suelen asombrar con sus pedidos de varios kilos de asados, sus correspondientes chorizos, algunas entrañas, un poco de vacío algo de tapa …ahhhhh y pongame dos matambres sin asustarse cuando al final la cuenta cante 5,6 mil o mas sumas.
Este Ranchos que muestra restaurantes llenos y varios operadores turísticos llevando a vecinos a recorrer el país y el exterior a los que vemos felices publicando sus giras en las redes sociales.
Pero este Ranchos tiene otra cara que le pega y mal por lo menos a un tercio de su comunidad. «En realidad la ayuda alimentaria no es lo que una familia necesita para un mes, son productos secos que ayudan a la canasta familiar. Un bolso con aceite, arroz, azúcar, leche larga vida, yerba, algún extracto de tomate, fideos, polenta y algo mas. Hasta hace unos meses en algunos casos se entregaba un bolso mensual y en otros casos un refuerzo mas en el mes a los mas extremos. Ahora, el municipio debió duplicar la compra de alimentos y se entrega una sola ayuda mensual» explicó la funcionaria para tirar el número estremecedor: «El último mes entregamos ochocientas ayudas a otros tantos hogares rancheros…..»
¿Ochocientos?. Un rápido cálculo de 4/5 habitantes por hogar nos lleva a las cercanía de cuatro mil personas a las que les llega esa asistencia. Y eso es mas de un tercio de la población de la ciudad y su periferia.
Y aquí mas que nunca el botón sirve de muestra, porque la funcionaria aclara bien que la comida se ha convertido en el mayor reclamo y necesidad ciudadana, postergando al tradicional pedido de ladrillos, chapas, algunas aberturas y los colchones. Pero eso no significa que esto haya desaparecido.
Y de un tiempo a esta parte, según el mismo relato, ha cambiado el segmento social que se acerca a pedir auxilio. Ya no son los históricos postergados o las familias numerosas que «no llegan». «Hay muchas familias nuevas, que no tienen legajo (es decir nunca asistieron a pedir ayudas) las que arriban a la secretaría y en muchos casos con mucha vergüenza para mostrar facturas de luz, gas o agua que suelen ser iguales o superiores a sus recibos de sueldos. «Es claro que cada caso es analizado por el equipo de asistentes sociales y la dirección de la secretaría, pero en realidad todos merecen ser atendidos….» dice Castro.
Podríamos seguir con la asistencia a los enfermos que deben tratarse en otros lugares, combis y autos que viajan diariamente, medicamentos, traslados……, hasta agotar stock de recursos de éste y de cualquier municipio.
Sin dudas que con los actuales o con cualquier signo político en la nación, en la provincia o en el municipio estamos recorriendo el camino al abismo. No hay duro que no se ablande, ni tiento que no se corte. El final del asistencialismo está marcado y de no entenderlo y comenzar urgentemente a prepararse para otro modo de vida, el estallido social cobrará muy caro precio a los argentinos todos, muchos mas que los que ya registra en materia de delitos, trampas, violencia, drogas, etc. etc.- El tiempo de seguir vociferando desde la «politiquería» por mas derechos para la gente y silenciar y hasta negar sus obligaciones; el de seguir «defendiendo a los ciudadanos» en lugar de concientizar para algo parecido al «sangre, sudor y lágrimas» de Churchill, ya se acaba. Es el momento de quienes comiencen a aceptar que la única ayuda es un pedazo de tierra, una pala y semillas para la huerta de cada uno. Y otro pedazo de tierra (que sobra hasta en los costados de cada camino) para la vaquita que da la leche y la gallina que pone el huevo. QUE NO ALCANZA CON DECIR BUSCO TRABAJO TODO EL DÍA Y NO ENCUENTRO. Porque cada vez se encontrará menos. Es imprescindible crearlo.
Y aquí si hace falta el estado para promover este cambio que debe reemplazar ya a un sistema populista perimido, obsoleto y agotado. A tal punto que un gobierno de tendencia a la derecha y signos liberales en esta Argentina aumentó considerablemente los planes de asistencia de su antecesor. Macri asiste mucho mas que Cristina. Y quien venga deberá (en este modelo) seguir aumentándolos, ¿Hasta cuándo? ¿Con qué recursos?.-
El mayor obstáculo, queda claro es el cambio cultural que este momento de la historia exige. Recuperar la cultura del trabajo no es sencillo ni rápido. PERO ES EL ÚNICO.
Si alguno de los que se presentan con aspiraciones de gobernar los destinos del país, de la provincia y aún de los municipios en este proceso electoral, sigue repitiendo el discurso de ayudar con planes a los mas necesitados, de continuar con un estado asistencialista que sigue repitiendo que repartirá pescado a troche y moche en lugar de enseñar a pescar, pues cada ciudadano es dueño de apoyarlos con su voto y ungirlos gobernantes de lo que quieran.
Suicidas hubo, hay y seguirán existiendo. La diferencia es que el suicida sabe que con su determinación se está quitando la vida. En la Argentina hace largas décadas que la mayoría es suicida a la hora de elegir. Pero contrariamente de los suicidas mortales, estos se suicidan en nombre de vivir mejor. Y aún parecieran no ver lo que pasa a su lado…. y con ellos mismos.
(Editorial publicada en la edición del Semanario TIEMPO de Ranchos del 18 de mayo de 2019)