La capacidad convocante de Ranchos para los mas diversos programas de variadas características sorprende cada día mas a los que somos oriundos o habitantes de este suelo desde lejanas épocas. La cuestión muestra siempre como referencia histórica aquellos 12 de octubre generados en honor a la Santa Patrona en la década del sesenta y que llegaron a congregar a miles de visitantes en tiempos en donde trasladarse no era tan fácil ni habitual como ahora.
Pero ya mucho mas acá en el tiempo, las grandes jineteadas del Fortín de los Ranchos hicieron trascender su nombre a lejanos lugares donde aún hoy es habitual hallar personas que con nostalgia bien ganada hablan de sus visitas a aquellas fiestas «que solían tener como organizador al conocido periodista radial del rubro Miguel Franco»
Y en los tiempos modernos, ha crecido la agenda de eventos de características nada similares entre ellas y así como cada una tuvo su prueba de bautismo, a poco andar se han ido consolidando a fuerza del apoyo y el respaldo de la comunidad local, pero con la imprescindible sumatoria de quienes desde lugares a veces muy lejanos llegan a este Ranchos que los recibe y trata con calidez.
Hace muchos años, alguna iniciativa privada, algo precaria, decidió organizar boxeo en el flamante CEF y hasta montar los primeros pasos de un gimnasio. Llegaron por vez primera cámaras de televisión nacional y la buena suerte quiso que como producto de esa iniciativa surgiera con el tiempo un campeón del mundo con ese apodo de «látigo» bien ranchero aún muy vigente. Y si bien por algún tiempo esos espectáculos no se sucedieron, desde hace ya varias tempo-radas el boxeo «en serio» con un púgil profesional local y con televisaciones y organización impecables es una convocatoria ya infaltable en el calendario.
Hace ya mas de 20 años llegó por primera vez una importante clase de Rally a estas tierras, producto de la aventura de un piloto que llevaba el nombre de Ranchos a todos lados en su auto. Hoy, Ranchos es una de las plazas mas importantes y prestigiosas del interior del país en esas competencias de automóviles y cada año es mayor la adhesión y la respuesta del público que llega en cada competencia.
Vaya la referencia al Festival de Fortines que ya con 17 ediciones y mas allá de los vaivenes que en tantos años ha generado, sigue siendo un notable punto de convocatoria cada enero en la bonita laguna lugareña.
Y en medio de una crisis económica como la actual que atenta contra estas iniciativas, Ranchos acaba de celebrar un encuentro de colectividades que apenas siete días después del brillante Rally, colmó por espacio de tres días la Plaza de Mayo, las calles y muchos comercios rancheros.
Y cuando aún no se apagan los ecos de estas fiestas multitudinarias, se fue metiendo en cada uno de nosotros una nueva inquietud: La Fiesta de la Tapa de Asado y la Zamba que es una idea sin pretensiones exageradas de otro buen vecino que la imaginó como una linda excusa para reunir a sus habituales acompañantes de un almuerzo mensual y una tarde de danzas que organiza en la quinta de su propiedad.
Pero bastó que hiciera pública su Fiesta de la Tapa de Asado para que la noticia comenzara a rodar y a horas del evento (este domingo) ha debido ir en su auxilio el municipio porque la demanda, las consultas y las reservas llegan desde todos los rincones de la provincia y mas allá de ella.
Ha debido trasladarse la jornada al predio de la laguna. Han debido acordarse tres bocas de expendio de carne. Se ha multiplicado todo el armado. Y se descuenta que serán miles las almas que pasaran este domingo en esta nueva «excusa» ranchera.
Y es muy posible imaginar que esto no quede en una edición y pronto ya se ponga en marcha la repetición para el año próximo.
Cuestiones lugareñas que nos identifican y debieran llenarnos de orgullo porque algo bien se debe hacer y porque alguna virtud de anfitriones también tendremos los rancheros.
No todos claro. Aún hoy, en medio de esta realidad que ha pasado por alto muchos otros encuentros exitosos y multitudinarios como los de Abuelos, las competencias de ciclismo etc. solo por no aburrir, es habitual leer en alguna red social y hasta en algún medio por parte de comunicadores no muy enterados, que «En Ranchos no pasa nada. Este pueblo es el último orejón del tarro. En las ciudades vecinas si que se hacen cosas y bien hechas, no como acá que todo se hace mal».
Y bueno. Si hasta Jesús fue negado nada podrá extrañarnos diría un buen creyente.
La realidad es la mayor verdad. Y ella indica que bien podríamos algún día llamarnos la ciudad convocante. Son muchos miles los que cada vez mas seguido dan fe de ello.
(Editorial publicada en la edición de TIEMPO de Ranchos del sábado 6 de Abril de 2019)