Los tiempos se acortan para los políticos que aspiren a competir en las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, (PASO), previstas para el 11de agosto.
Si bien la Justicia no parece dispuesta a dejar que todo siga según la idea imaginada por el oficialismo para adueñarse de la independencia del Poder Judicial, esta semana deberían conocerse las alianzas que competirían en las urnas.
Como los Partidos Políticos son una especie en extinción, las alianzas han pasado a la primera fila del escenario, así que en pocos días podremos empezar a semblantear el menú electoral que se nos ofrece.
Esta urgencia ha roto las compuertas del buen decir y del buen pensar, razón por la que hemos sido inocentes espectadores de escenas porno-oratorias y porno-ideológicas que no han hecho sino confirmar calidades ya calificadas.
En tiempos idos las palabras llegaban hasta la medida del volumen de la garganta de cada orador.
Hoy, para bien o para mal, la comunicación ha transformado ese límite y ocurre que todos sabemos lo que todos dicen en tiempo real.
Así fue que nos enteramos que quien detenta el cargo de Presidente del Comité Nacional de la U.C.R. de apellido Barleta, ha pasado al estrellato por nominar a Dante Caputo con un calificativo más que inadecuado.
Es cierto que los modos de expresión cambian y que esos cambios admiten el uso de palabras fuertes, pero uno debería esperar que quienes pretenden actuar a favor del mejoramiento de la sociedad deberían ser los más cuidadosos en decir lo que piensan.
Este Barletta no parece ser lo que debería y ni la tía profesora de literatura a la que apeló como recurso infantil para justificar su grosería alcanza para limpiar su lengua.
Ganó fama y presencia en los medios, es cierto, pero hay que avisarle que la fama puede ser grande por buena o por mala.
El propio ex Canciller del Gobierno de Alfonsín sumó también lo suyo.
Como si fuera un guerrero de mil batallas dijo que la alianza con el Radicalismo sería veneno para el Frente Amplio Progresista, (FAP).
Este diplomático irrumpió en el Radicalismo de la mano de Alfonsín, pasó luego por el FREPASO, desapareció por años de la escena ocupando cargos en organismos internacionales y reapareció ahora del brazo del Socialismo pretendiendo saltar del piso a una banca de Diputado Nacional.
Como las elecciones se ganan con votos, a nadie escapa que su aporte no sería significativo.
Sólo se lo recuerda por aquel debate con el entonces Senador Vicente Leónidas Saadi, el de las “nubes de Úbeda” y por haber prestado su casa a la vuelta de la Quinta de Olivos para que allí se firmara en la clandestinidad el Pacto de Olivos.
Estos deslices verbales conviven con los ideológicos que han salido de boca de altos funcionarios del Gobierno Nacional.
El Jefe de Gabinete Abal Medina en el Senado, el inefable Aníbal Fernández y el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación se han expresado coincidentemente diciendo que la continuidad del modelo solo la a garantiza la Presidenta.
Esta pretensión de eternidad es incompatible con la especie humana por un lado, y con la Constitución por el otro.
En verdad, suena más a un artilugio destinado a distraer a la opinión pública de los serios problemas económicos y sociales que castigan a todos en general y a los sectores más débiles en particular.
Es cierto que tendremos que acostumbrarnos a manejar entre la niebla hasta que el 27 de octubre las urnas anuncien que ha salido el sol o, por el contrario, que la niebla se ha transformado en terremoto.
Mientras tanto, seremos espectadores del show de los oficialistas que sacuden fuerte a Scioli, del juego a las escondidas de Massa, del elogio de la serenidad, el optimismo, la fe y el aire puro que declama el Gobernador de la Provincia.
También están los maestros que con Baradell al frente parecían un escuadrón aliado plantando una cabecera de playa en Dunquerque y terminaron arreglando mansamente por el agregado de un aumento del 1,9 % de sus sueldos, que no son una fortuna.
No hay dudas que el diablo de la política, (Baradell es punto de Sabatella), metió la cola, lo que transformó a la huelga en una herramienta para socavar al Gobernador.
Para colmo éste les paga los días de huelga, pese a que la Justicia se pronunció en contra, con lo que se pierde el sentido de la lucha y el paro es una excursión a la nada.
Las oposiciones bailan también este ritmo frenético de los encuentros y los desencuentros.
Es lo que hay, razón por la que no podemos sino mirar con atención para cuando llegue el momento de elegir la continuidad de un sistema que nos lleva al precipicio u otro que al menos aliente una esperanza.
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24 de abril de 2024