Por Héctor Ricardo Olivera/
Los argentinos andamos de tormenta en tormenta.
La tormenta del dólar, que insiste en no amainar, la tormenta de la inflación, (causa de la anterior), que es la que más duele en el bolsillo y la esperanza de la gente.
Si a esto le agregamos nuestro espíritu tanguero plagado de desmesuras, dolorosas nostalgias por la “mina que se fue” y el corazón lastimado por el bandoneón aparece una nube de pesimismo y descreimiento que tapa la luz del sol y nos condena a la penumbra del abatimiento y la resignación.
Es cierto que motivos no nos faltan para dudar de nuestras posibilidades de cambio.
Por eso creo que hace falta que alimentemos nuestros corazones con los elementos que muestran que hemos sido capaces de mucho más de lo que nosotros mismos creemos.
Hay dos rayos de luz que iluminan el camino con mucha fuerza.
No es la intención desconocer lo que nos pasa mal, pero sí es la idea de rescatar del dolor y las carencias lo que anime el alma para soñar con la posibilidad cierta de cambiar de rumbo.
Quedarán afuera de este pelotón los especuladores que aspiran a que la crisis real sea más grande de lo que es.
Son los que pregonan exageradamente la verdad sólo para esconder sus mentiras.
Los que agitan los charcos para que no los ahoguen las olas grandes del mar donde nos dejaron.
Vamos a los hechos.
Apenas 5 días después de asumir su mandato, el Presidente Raúl Alfonsín firmó el decreto que ordenó el enjuiciamiento de las Juntas militares que robaron y asesinaron a mansalva.
Hay que aCordarse que el Peronismo había anunciado por Boca de su candidato, Ítalo Lúder, que aceptaría la auto amnistía de los militares.
Más aún, Alfonsín le ofreció la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia y la rechazó así como el Peronismo se negó a integrar la Comisión Nacional sobre desaparición de personas, (CONADEP).
El Juicio fue único en el Mundo y significó un avance inigualable en el camino de fortalecer la Democracia nueva.
Hay que contarle a los chicos, sobre todo a los que le han escondido la realidad, lo que fue la escena final de la saga, con el Fiscal Julio César Strassera terminando sus palabras con el célebre “nunca más”.
Más de 30 años después otra vez la Democracia nos brinda un acontecimiento inédito en la Historia que camina por el mismo rumbo.
Por nostalgia y lejana militancia no intento procurar comparaciones que siempre son odiosas.
Simplemente señalo que el proceso judicial en marcha que está llenando los calabozos de funcionarios kirchneristas y empresarios es también un hito central en la alimentación de la ilusión de que seamos en serio una República Democrática.
Como dice el título, cuántas veces nos quejamos porque nadie iba preso.
Cuántas veces la resignación tanguera nos llevó a decir como un dogma que todos somos iguales y nadie va preso.
Resulta que ni somos todos lo mismo ni es cierto que no haya delincuentes de guante blanco tras las rejas.
Uno de ellos es paradigmático, porque se trata del primer Vice Presidente de la República adentro.
Y lo mejor de todo es que no está solo.
Lo acompañan gente de su propio equipo y seguramente lo acompañarán otros más.
Y otra, que es lo que más esperamos.
Los empresarios prebendarios y coimeros igual, porque son víctimas de lo que hicieron desde siempre.
En esto Chascomús tiene además de la laguna y las medialunas un aporte a la lista.
Rodolfo Poblete, alias “el Negro “para nosotros suma su nombre a los inexplicables empresarios encerrados por coimeros.
Estamos viviendo tiempos de tormenta pero con la certeza de que aunque no lo veamos, el sol siempre está.
Y los dos rayos que se han infiltrado entre las nubes de la borrasca terminarán finalmente trayendo la luz y el calor que nos alimente el orgullo de ser hijos de esta Patria.
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La tormenta del dólar, que insiste en no amainar, la tormenta de la inflación, (causa de la anterior), que es la que más duele en el bolsillo y la esperanza de la gente.
Si a esto le agregamos nuestro espíritu tanguero plagado de desmesuras, dolorosas nostalgias por la “mina que se fue” y el corazón lastimado por el bandoneón aparece una nube de pesimismo y descreimiento que tapa la luz del sol y nos condena a la penumbra del abatimiento y la resignación.
Es cierto que motivos no nos faltan para dudar de nuestras posibilidades de cambio.
Por eso creo que hace falta que alimentemos nuestros corazones con los elementos que muestran que hemos sido capaces de mucho más de lo que nosotros mismos creemos.
Hay dos rayos de luz que iluminan el camino con mucha fuerza.
No es la intención desconocer lo que nos pasa mal, pero sí es la idea de rescatar del dolor y las carencias lo que anime el alma para soñar con la posibilidad cierta de cambiar de rumbo.
Quedarán afuera de este pelotón los especuladores que aspiran a que la crisis real sea más grande de lo que es.
Son los que pregonan exageradamente la verdad sólo para esconder sus mentiras.
Los que agitan los charcos para que no los ahoguen las olas grandes del mar donde nos dejaron.
Vamos a los hechos.
Apenas 5 días después de asumir su mandato, el Presidente Raúl Alfonsín firmó el decreto que ordenó el enjuiciamiento de las Juntas militares que robaron y asesinaron a mansalva.
Hay que aCordarse que el Peronismo había anunciado por Boca de su candidato, Ítalo Lúder, que aceptaría la auto amnistía de los militares.
Más aún, Alfonsín le ofreció la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia y la rechazó así como el Peronismo se negó a integrar la Comisión Nacional sobre desaparición de personas, (CONADEP).
El Juicio fue único en el Mundo y significó un avance inigualable en el camino de fortalecer la Democracia nueva.
Hay que contarle a los chicos, sobre todo a los que le han escondido la realidad, lo que fue la escena final de la saga, con el Fiscal Julio César Strassera terminando sus palabras con el célebre “nunca más”.
Más de 30 años después otra vez la Democracia nos brinda un acontecimiento inédito en la Historia que camina por el mismo rumbo.
Por nostalgia y lejana militancia no intento procurar comparaciones que siempre son odiosas.
Simplemente señalo que el proceso judicial en marcha que está llenando los calabozos de funcionarios kirchneristas y empresarios es también un hito central en la alimentación de la ilusión de que seamos en serio una República Democrática.
Como dice el título, cuántas veces nos quejamos porque nadie iba preso.
Cuántas veces la resignación tanguera nos llevó a decir como un dogma que todos somos iguales y nadie va preso.
Resulta que ni somos todos lo mismo ni es cierto que no haya delincuentes de guante blanco tras las rejas.
Uno de ellos es paradigmático, porque se trata del primer Vice Presidente de la República adentro.
Y lo mejor de todo es que no está solo.
Lo acompañan gente de su propio equipo y seguramente lo acompañarán otros más.
Y otra, que es lo que más esperamos.
Los empresarios prebendarios y coimeros igual, porque son víctimas de lo que hicieron desde siempre.
En esto Chascomús tiene además de la laguna y las medialunas un aporte a la lista.
Rodolfo Poblete, alias “el Negro “para nosotros suma su nombre a los inexplicables empresarios encerrados por coimeros.
Estamos viviendo tiempos de tormenta pero con la certeza de que aunque no lo veamos, el sol siempre está.
Y los dos rayos que se han infiltrado entre las nubes de la borrasca terminarán finalmente trayendo la luz y el calor que nos alimente el orgullo de ser hijos de esta Patria.