Por Héctor Ricardo Olivera
Es propio de la naturaleza humana pedir siempre más. A veces como un vicio y otras, la mejor, como una forma de alentar la esperanza de que alguna vez la Justicia llegue y actúe plena.
Algo de esto, bastante más que algo en verdad, está ocurriendo en este tiempo argentino de un “Cambiemos” que ha venido a cambiar.
Naturalmente que los que por personalidad, por incredulidad, por indiferencia y más que todo por especulación política se empeñan en ver la mitad bacía del vaso dirán que no se nota demasiado.
Los que alentamos la esperanza de dejar atrás la corrupción, la inmoralidad y la incapacidad tenemos elementos que alientan la ilusión de que ha llegado la hora de las rejas.
Ver detrás de los barrotes a unos cuantos intocables, que no son todos pero que serán cada día mas es una bocanada de aire puro.
La lista es larga y se la puede clasificar por la actividad de sus miembros.
Así es que los sindicalistas ricos que viven de los obreros pobres que no representan es un capítulo fabuloso en nuestra vida de todos los días.
Le tocó al “Caballo” Suárez, el mimado de la ex Presidenta, el recibido por Juan Domingo Bergoglio que ahora tiene una nana superficial que prontamente se le pasará y volverá entonces a la cárcel.
Ya estaba el violentísimo “Pata” Medina, de la UOCRA La Plata que al calor del oficialismo que se fue arreglaba a tiros el llenado de sus bolsillos.
El último, (por ahora) es el titular de la UOCRA Bahía Blanca, Humberto Monteros que cayó con una decena de cómplices de robos de dinero, drogas y armas de guerra.
La modalidad mafiosa era la de suspender la ejecución de obras y además obligar a los patrones a contratar a empresas de servicio propiedad de ellos mismos.
En este caso concreto fue directamente la Gobernadora Vidal la que denunció el ilícito y así fue que a la hora de las esposas el “compañero “Monteros tenía medio millón de pesos, dólares, euros, armas y drogas en su domicilio de Monte Hermoso.
En su momento se publicó en Bahía Blanca que este tipo tenía un plan trabajar y vivía en una choza de lata en el año 2005.
Dos grupos de la UOCRA de la ciudad del sur enfrentados y con oficinas en la misma cuadra obligaban a la permanente presencia policial para mantener relativamente el orden entre las dos bandas de mantones.
Molina, uno de los que también cayó y es el que mejor lee de corrido fue candidato kirchnerista a concejal en las elecciones del año pasado.
La Empresa de catering EIS a la que obligaban a contratar a las empresas es de un tal Zaballa, miembro del Gabinete del Intendente massista Bevilaqua, hoy diputado nacional.
Una anécdota mínima ayuda a comprender la soberbia protegida de esta gente.
Monteros ponía cumbias a todo volumen en su casa en Monte Hermoso.
Cuando algún vecino se animaba a denunciarlo anónimamente venía la policía y cuando ésta se iba los Monteros celebraban disparando tiros al aire como los grupos de la droga en México.
Ocurre que la corrupción salpica fuerte …
En la lista está Víctor Santamaría, Secretario General de los porteros de edificios, dueño de Página 12 y otros medios usuario de los mismos métodos y las mismas mañas.
La amenaza de Luis Barrionuevo, (“no le pisen la cola al león”) es una clara muestra de debilidad por parte de quienes no se han dado cuenta que el almanaque se lleva puesto vicios, bravuconadas y comportamientos mafiosos.
Volviendo al principio, no todo llega, pero es más que evidente que muchas cosas están llegando.
Bienvenidas sean si sirven para la desinfección de la República.
En todo caso, un reproche debemos hacernos todos.
Frente a estas medidas impensadas y excepcionales, no se nota por parte de la ciudadanía el entusiasmo que sería necesario para dotar al brazo ejecutor de la limpieza de mayor respaldo.
No se trata de distender el ceño cuando aumenta la luz y el gas que antes se regalaba.
Pero se trata también de acompañar medidas llenas de coraje que jamás muchos hubieran siquiera imaginado.