Tras la reunión de Consejo Directivo realizada en Etcheverry, que pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes que viene poco se sabe que sucederá con la continuidad del torneo liguista.
Es que acordado por los veinte clubes presentes –sobre veinticinco afiliados- en el cónclave que para 2018 será obligación que los jugadores presenten un apto médico para que puedan integrar los equipos y sin resolver el tema de los seguros atenta la necesidad de analizar en este caso las propuestas de dos compañías más en profundidad (recordemos que desde hace unos cuatro o cinco meses la AFA en una decisión propia de Poncio Pilatos decidió dejar de cubrir los seguros, salvo el de muerte o invalidez total o parcial), la negativa de los planteles de Las Mandarinas a jugar si no hay en la cancha médico y ambulancia abre un interrogante sobre qué sucederá con el torneo que lleva disputadas cinco fechas en la zona 2 y cuatro en los grupos 1 y 3.
Es que el cuarto intermedio propuesto y aprobado, apuntaba a resolver algunos cuestiones y descomprimir otras.
Una de ellas, la exigencia de los jugadores de Las Mandarinas de jugar solamente si hay médico y ambulancia en cualquier cancha que deban actuar.
Postura que transmitieron a su presidente en la reunión del jueves pasado y que reafirmaron el pasado lunes en una reunión con los directivos del club.
Contar con un profesional médico y una ambulancia sería lo ideal. Pero existen circunstancias que tornan el pedido inviable, como lo manifestaron los dirigentes de los clubes reunidos en Etcheverry hace una semana.
No solo por razones de costos, sino incluso por la posibilidad de disponer del recurso humano y técnico un sábado o un domingo.
Salvo en Punta Indio, cuyo Intendente aseguró que prestará el servicio de ambulancia tanto para Verónica y Juventud Unida en la ciudad cabecera del distrito como para Juventud de Pipinas cuando jueguen de local.
En el resto de las localidades las cosas están más complejas. Es más en varias localidades de la Liga incluso los propios municipios no cuentan tantos médicos o profesionales disponibles los fines de semana ni tampoco ambulancias con sus respectivas dotaciones.
Quizá si se pueda alcanzar algún acuerdo para que dentro de los clubes se pueda contar con gente idóneo en primeros auxilios o RCP. O bien que puede contarse con la colaboración de los municipios con un paramédico o enfermero, cuanto existan medidas de contingencia en cada cancha en caso de una situación que puede darse no solo por un problema cardiaco, sino por una lesión ósea o un choque de cabezas que son situaciones que resultan ser habituales en el fútbol.
En ese contexto, el gran interrogante es que puede suceder con el torneo en los próximos días. La idea de continuar, parecería prevalecer, aunque con cambios para acortar el torneo y quizá con alguna medida de seguridad adicional respecto al resguardo de la salud de los protagonistas.En tal caso habrá que ver si lo hace con o sin Las Mandarinas.
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